Lula

Cuauhtémoc Amezcua Dromundo

El 27 de octubre será la segunda vuelta electoral en Brasil. La primera fue ganada de manera abrumadora por Luis Ignacio Lula da Silva, con más de veinte puntos de ventaja sobre el segundo lugar, José Serra. Apenas 3.6 puntos faltaron para que Lula venciera en definitiva en la primera vuelta. Todo esto a pesar de la intensa campaña del capital transnacional y de Estados Unidos para asustar a los electores y evitar que votaran a favor del candidato del PT Y rumbo a la segunda vuelta, Lula se coloca de nueva cuenta como amplio favorito. Los candidatos que ocuparon el tercero y el cuarto lugar con votaciones significativas, por cierto, Antonio Garotinho, con 17.8% y Ciro Gomes, con 11.9, tienden a impulsar el sufragio de sus electores ahora a favor de Lula. La suma de los tres llegó en la primera vuelta a más del 75% de los votos. De hecho, tanto Garotinho como Gomes dieron a sus campañas fuerte contenido antineoliberal y antiimperialista. Más todavía, criticaron a Lula por su corrimiento "al centro" y por su alianza con sectores de la derecha empresarial representados sobre todo por el candidato a la vicepresidencia con Lula, José Alencar.

En estas circunstancias el muy probable triunfo de Lula abre expectativas importantes, aunque no exentas de riesgos e incertidumbres. Riesgos e incertidumbres, sobre todo por su ya mencionado corrimiento "al centro", que se expresó no sólo en la alianza con José Alencar y su partido, sino también en sus reiterados mensajes al FMI y al Banco Mundial en el sentido de que daría continuidad a los compromisos que con esas instituciones asumió el gobierno saliente de Fernando Henrique Cardoso. Factores a los que se añaden el carácter heterogéneo de su partido, el PT, y el antecedente de varios otros personajes que en distintos países de América Latina abandonaron sus antiguas posiciones izquierdistas y se convirtieron en obsecuentes aplicadores de las políticas neoliberales cuando los vientos del oportunismo los empujaron con ese rumbo.

¿Qué rumbo tendrá el muy probable gobierno de Lula? Más que la intención personal del propio Lula, el rumbo será determinado por la correlación de fuerzas interna y externa. Interna, en primer término, desde el punto de vista de las varias corrientes y organizaciones que rodearon su candidatura y lo llevaron a la victoria. Interna también, pero en el plano nacional, por cuanto al conjunto de fuerzas que hoy actúan en la vida política, económica y social en Brasil. Y externas, por lo que hace al plano internacional.

En el primer aspecto, la candidatura de Lula, si bien contó con el apoyo de fuerzas de una izquierda muy poco consecuente e incluso de factura empresarial, también es verdad que estuvo rodeada por destacamentos firmes y combativos, como el Partido Comunista de Brasil, el Partido Comunista Brasileño y el Movimiento de los Sin Tierra, y como algunas corrientes internas de su propio partido, el PT. Y que fue esta vertiente la que logró entusiasmar como nunca antes y levantar una enorme respuesta popular de masas y constituye una fuerza con gran peso específico en ese ámbito interno.

En el segundo aspecto, Brasil hoy está en pie de lucha frente a la tremenda amenaza que le significa el Área de Libre Comercio de las Américas, ALCA, que Estados Unidos trata de imponer en el plazo inmediato a toda la región. En Brasil existe todavía hoy una burguesía nacional con intereses propios frente a los del imperialismo. Esa burguesía tiene conciencia de que su existencia está amenazada por el ALCA, proyecto que, de imponerse, no sólo convertiría a Brasil y a toda América Latina en una colonia total, sino que también llevaría a la quiebra, a la extinción, a esa clase social. Por ello suma su interés y su acción a los de otras fuerzas más avanzadas en defensa de un proyecto nacional, coincidente con un proyecto regional latinoamericanista .

En el ámbito internacional, por último, la correlación de fuerzas es compleja. Subsiste la prepotencia yanqui acentuada luego del 11 de septiembre. Su actitud de exigir a todos los demás que se pongan de rodillas y miren al suelo. En el caso de nuestra región, subsiste su decisión de imponer el ALCA y hacerlo lo antes posible. Sin embargo, Brasil constituye una fuerza económica significativa, misma que puede acrecentarse en la medida en que logre reactivar el ahora casi muerto MERCOSUR e interactuar con su vecina Venezuela Bolivariana. Esto abriría la expectativa de que se fortalezca una posición común independiente y soberana de estos dos países, que a su vez puede alentar la emergencia de fuerzas y posiciones nacionalistas y latinoamericanistas en varios otros de la región.