Con la mesa en la cabeza

Ylich Carvajal Centeno

"Pensaron que Gaviria se llevaría a Chávez al día siguiente"

"No puede meterse en problemas creados por el gobierno o la oposición", advierte ex canciller Simón Alberto González."Ortega está jugando con fuego", asegura Carlos Romero. "La organización está permeada por EE UU", dice Mervin Rodríguez.

Colombiano que no la hace a la entrada la hace a la salida, dice un refrán xenófobo venezolano, y a juzgar por la actitud asumida por algunos miembros de la coordinadora de oposición, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, natural de Pereira, departamento de Risaralda, no será la excepción.

Ayer en la madrugada, luego de horas de extenuante trabajo, tuvo que admitir que en la mesa el juego estaba trancado, que en los temas de la agenda se ha avanzado casi nada, para ser optimista.

Basta con hacer un esfuerzo y revisar la prensa de los días inmediatos posteriores al golpe de Estado del 11 de abril para recordar cómo los opositores al gobierno clamaban por la intervención de la OEA y tachaban al Centro Carter y a su mentor, el ex presidente de los Estados Unidos y Premio Nobel de la Paz, Jimmy Carter, de chavista.

El sueño se cumplió. La administración Chávez accedió a sentarse a la Mesa de Diálogo, bautizada por la oposición como de negociación, teniendo como facilitador a nada más y nada menos que al mismo Secretario General de la OEA.

Gaviria decidió mudarse a Caracas donde un grupo de militares pide la renuncia del Presidente de la República desde una plaza pública en la zona más exclusiva de Caracas y utilizan un hotel cinco estrellas como cuartel general de una "zona liberada".

El insolente

Ese ha sido, sin lugar a dudas, el éxito más rotundo de la oposición, ganarse la atención de la OEA en un continente que reverbera de problemas, señala el director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV, Mervin Rodríguez.

Sin embargo, el lunes pasado, Carlos Ortega tuvo que recordarle al Secretario General de la OEA lo que en su criterio es su papel en Venezuela y en rueda de prensa señaló que sería una "falta de respeto" pedir que se suspenda el paro anunciado para mañana, que eso no era de su incumbencia, que "el problema de Gaviria es Chávez".

No obstante, ya el Secretario de la OEA le había faltado el respeto, desde el punto de vista de Ortega, pues así como le pidió al gobierno que no provocara a la oposición, le indicó a ésta lo inconveniente de hacer un paro que podría incluso ser indefinido.

Así es la vida

El ex canciller Simón Alberto Consalvi explica que "algunos pensaron que Gaviria se iba a llevar a Chávez en el maletín al día siguiente de haber llegado. Él no puede meterse en política interna, en los problemas que crea el gobierno o la oposición, tiene que estar por encima de las partes".

En el caso particular de Carlos Ortega, Carlos Romero, de la Escuela de Ciencias Políticas de la UCV, señala que "está jugando con fuego" y explica que una de las limitaciones de la oposición es que no ha logrado desarticular los "factores golpistas" que cohabitan en ella. Mervin Rodríguez agrega en ese sentido que "en ambos bandos hay extremos que le exigen a Gaviria cosas que están fuera de su competencia. Él no puede tomar decisiones por la partes, sino lograr que éstas lleguen a una decisión en conjunto".

"Él es un buen oficiante", insiste, "pero están surgiendo cosas fuera de la mesa, por ejemplo, la oposición condiciona la suspensión del paro a que el CNE apruebe el referendo, pero el Tribunal Supremo, que es autónomo, toma una decisión contraria a las aspiraciones de la coordinadora, pero Gaviria nada puede hacer en una dirección u otra".

Heraldo de EE UU

El martes pasado las pantallas de las computadoras se llenaron con notas de las agencias internacionales de noticias que daban cuenta de la preocupación común a los gobiernos de Uruguay, Canadá, Chile y los EE UU sobre el éxito de las gestiones de César Gaviria en Venezuela.

Coincidían además en lamentar "los obstáculos que se le han puesto a su labor de facilitador del diálogo".

Consalvi señala que el Secretario General cuenta con el respaldo unánime de la comunidad hemisférica y Romero agrega que "él no está aquí porque quiere, sino porque es el interés de las naciones de la OEA que la crisis venezolana se resuelva de forma pacífica y democrática". Rodríguez, no obstante, recuerda que "no hay que olvidar que la OEA está permeada por los intereses de los EE UU" y por ello, en su criterio, el Secretario General termina siendo un cercano colaborador de Washington.

En ese sentido, agrega Rodríguez, si la mesa que preside Gaviria no llega a nada, "ellos van a decir que el fracaso no es del Secretario General, ni de la OEA, sino del gobierno que no quiere negociar. Nadie va a decir que fracaso, sino que por el contrario hizo todos los esfuerzos posibles y el culpable será el gobierno".

Aún así, por disposición de los "comensales" de la oposición en la mesa, Gaviria tiene, a partir de hoy, cuatro días para lograr que las partes lleguen a la tan deseada solución electoral, de lo contrario, como lo han señalado Carlos Ortega y los militares de la Plaza Altamira, dejarán el plato servido por la OEA.

Vecino

César Gaviria fue presidente de Colombia (1990-94) y su mandato coincidió con el del ex presidente Carlos Andrés Pérez (1989-93). Ambos mandatarios impulsaron la creación del Grupo de los Tres, junto con México, y relanzaron el Pacto Andino.

Gaviria fue electo presidente tras sustituir como candidato a Luis Carlos Galán, quien fue asesinado por sicarios del Cártel de Medellín. Durante la campaña fueron además ultimados los también candidatos de izquierda Carlos Pizarro y Bernardo Jaramillo, del extinto M-19 (guerrilla urbana).

Nació en una familia cafetalera de Risaralda. Después de graduarse en el liceo de Pereira estudió en el Roosevelt High School de Fresno, California. Luego se matriculó en la privada Universidad de los Andes de Bogotá. Militó en el Partido Liberal.