Venezuela: Duro de tumbar

Aram Aharonian

Fuente: Agencia Adital www.chilevive.cl

Caracas, Venezuela - Aram Aharonian*, para Adital
* Presidente de APEX Asociación de la Prensa Extranjera en Venezuela.

Ocho meses después del golpe de estado de abril, una serie de repeticiones dejaron en claro que no es una mera casualidad sino un plan para crear el caos, aniquilar la industria petrolera en manos del Estado, promover la renuncia del presidente Hugo Chávez, la convocatoria a elecciones inmediatas o, inclusive, la intervención de Venezuela por un país extranjero: una ex guerrillera y ahora feroz antichavista pidió la intervención de tropas estadounidenses, mientras un ex dirigente sindical convocó, a su vez, a los cascos azules. Todo muy patriótico.

(Este fin de semana, los gerentes de las trasnacionales mandan sus familias al exterior, agencias noticiosas estadounidenses refuerzan su personal con enviados especiales, voceros de la oposición dicen tener un video con la renuncia del Presidente, parece que pregrabada. Esto más que un país tropical parece Macondozuela, con el perdón de Gabo (Gabriel García Márquez).

Lo que quizá pueda sorprender es el apresuramiento, la urgencia por salir de Chávez y su gobierno, máxime cuando la nueva Constitución prevé refrenda revocatorios para los funcionarios públicos hasta para el Presidente- una vez cumplida la mitad de su mandato. El mandato de Chávez puede ser revocado en agosto próximo. Pero a muchos grupos opositores se les termina el financiamiento externo el 31 de diciembre.

Para algunos analistas no se puede descartar la necesidad de Estados Unidos de ajustar el control de las reservas petroleras en la región ante la emergencia de la guerra contra Irak. De todas formas, Venezuela reiteró que cumplirá con sus obligaciones, pese a la grotesca intervención estadounidense en el golpe del 11 de abril que, en definitiva, derrocó al subsecretario de Estado Otto Reich. Venezuela vende un millón de barriles de petróleo diarios a EE.UU. y tiene inversiones multimillonarias en ese país en estaciones de servicio y refinerías, a través de su filial Citgo. Para recordar, en enero entra en vigencia la Ley de Hidrocarburos, que puede permitir al gobierno actuar sobre las nóminas gerenciales atrincheradas en Pdvsa.

Mientras empresarios de la cámara venezolano-norteamericana de comercio hablan de un "go ahead" dado por Washington y muestran fotos de supuestos comandos venezolanos adiestrándose en los pantanos de Miami, un Presidente atado a su "revolución democrática y en libertad" se niega a declarar medidas de excepción o cualquier tipo de represión...

Como en abril, la industria petrolera ha sido considerada el foco importante para poder precipitar una crisis que también implique a la comunidad internacional. Como ocho meses antes, el botín mayor del golpe sigue siendo la privatización de la estatal Petróleos de Venezuela, detrás de la cual siguen estando los amigos petroleros de George Bush, la Repsol española y el Grupo Cisneros. Los otros premios son la privatización de los fondos de pensiones, en el cual están sumamente interesados los bancos españoles y algunos grupos representados por el Citicorp, y las riquezas auríferas y de otros minerales de la región Guayana.

La crisis ha transitado sin que las gestiones del secretario general de la OEA, César Gaviria, cristalicen alguna negociación y la participación del sector militar, previamente calculada en abril, no tuvo la misma beligerancia en esta ocasión: Chávez o la institucionalidad- mantiene las lealtades, pese a todas las presiones y sobornos de quienes dicen defender la democracia de castrocomunismo que se nos viene. (¿No le parece una letanía antigua y escasa?)

Esta vez, la estrategia de la oposición comenzó con un paro convocado por esa rara junta de sindicalistas sin sindicatos y dirigencia empresarial con mucho dinero, que financiaron la paralización, como ya lo habían hecho en varias oportunidades, instando nuevamente esta vez sin mayor éxito- a los militares a deponer al gobierno constitucional. El paro se inició el lunes 2 de diciembre, con un soporte mediático impresionante los gobiernos democráticos de América debieran ir poniendo sus barbas en remojo-, donde las emisoras de televisión privadas transmitían durante 18 horas al día exclusivamente las acciones opositoras a nivel nacional.

Al asumir que iba a ser muy difícil paralizar las industrias básicas, a los empleados públicos, al transporte, los opositores planificaron la paralización de la neurálgica industria petrolera, especialmente el suministro de gasolina y las exportaciones petroleras mediante el fondeo de buques tanqueros en las aguas del Lago de Maracaibo. Y a través de la dirigencia opositora y vía televisión y radio, llegó nuevamente, la descalificación permanente a quien estuviera con el gobierno, tratándolos de hordas, salvajes, negros, resentidos, lumpen, ignorantes, fanáticos, desdentados.

El viernes 6, al final de la tarde, se produce la balacera de la Plaza Francia en el burgués barrio de Altamira y de inmediato la televisión incrimina al presidente Chávez, pese a que quien actuó fue un sicario. La estrategia era levantar de nuevo la presión en el seno de un colectivo que, pese la manipulación mediática, estaba dando señales de hastío, dar oportunidad a los "factores ocultos" a emprender acciones mucho más radicales. Es a partir del sábado 7 que la gente de la oposición en el sector petrolero, hasta entonces de bajo perfil, puso en marcha un plan para paralizar a Petróleos de Venezuela, con el aplauso de los canales privados. Por ello no extraña que sus reporteros aborden un tanquero cuyo capitán ha fondeado en el canal de navegación del Lago de Maracaibo, convirtiendo en héroe a una persona que en cualquier otro país sería enjuiciado por actos de piratería marítima y terrorismo.

Se trataba de generar el caos, y así, sin escrúpulos (y mucho menos ética) anuncian con cierto regocijo la falsa- paralización de una refinería, la paralización del suministro de gasolina, y el suministro de gas a las empresas básicas, actitudes tipificadas en cualquier legislación penal como, conspiración, delitos de lesa patria, instigación a delinquir, complicidad.

No cabe duda que los venezolanos, afectos masivamente al medio televisivo, viven desde hace más de un año, en condiciones de extrema tensión debido a la permanente confrontación que reflejan los medios de información hasta el punto que especialistas han denunciado la amenaza seria en la normalidad de las vidas, trabajos y salud mental de la población. Los medios se hacen parte de la confrontación, incluyendo a la TV oficial que debe luchar contra cinco televisoras privadas, donde presuntos periodistas asumen posiciones de intolerancia fuera de todo control.