Date: Thu, 16 Jan 2003 12:15:03 -0400
Hace poco vi de pronto salir de la noche una escuálida procesión, vestidos todos de negro, con velas encendidas, unos con banderas negras otros con la bandera nacional cambiándole el romántico azul por tétrico negro. Encabezándolos una sombría imagen como de película... los ojos desorbitados y llameantes, en el rostro el rictus horrible de poseída, los insultos dichos por esa boca eran terribles y parecía varias voces distintas saliendo de una misma garganta: "¡Maldito perro chavista! ¡Sucios mugrosos marginales! ¡Me cago en la puta de tu madre!" ... y yo tuve que salir corriendo no tanto por las ofensas sino porque me pareció que ya estaba a punto de darle una vuelta de 360 grados a su cabeza y me escupiría asquerosa y maloliente sustancia verde.
Está claro qué fue milagrosa la salvación de Chávez en abril después que un militar le regaló un crucifijo para que lo protegiera, reforzando el escapulario de Maisanta. Desde entonces el Presidente siempre invoca a Dios en sus alocuciones. También me consta que esa noche del 11 de abril, cuando regresaban de Caracas muchos autobuses que habían salido de otras ciudades en un intento de última hora por reforzar a los patriotas que estaban siendo asesinados en Miraflores y que no pudieron llegar pues fueron interceptados por los golpistas, por lo menos en uno de ellos se rezaba un rosario a la virgen para que protegiera a Venezuela. Y la fuerza hizo el milagro, respaldada por la voz del pueblo, que es la voz de Dios.
Desde entonces la fe se ha venido reforzando y para nadie es un secreto que en muchos actos chavistas se hacen oraciones ecuménicas (varias religiones en un solo acto) y se oye constantemente llamados a que las personas profesen el amor, la paz y la solidaridad, y que también se protejan utilizando objetos sagrados. Es que estamos concientes que, casualmente, se cumplen ahora los 2000 años de la venida de Cristo y la matanza de los Santos Inocentes. Lo que está sucediendo está en las profecías. Los seres diabólicos intentaron por todos los medios impedir que El Niño naciera y quisieron evitar la alegría navideña de los niños venezolanos, mientras los jerarcas de la Iglesia Católica se hicieron los desentendidos, si no cómplices, igualito como lo hicieron otros hace 2000 años. El 24 de diciembre mucha gente se congregó en misas ecuménicas y rezaron mientras los malos le tocaron cacerolas al nacimiento del niño. El día primero de enero vimos asombrados como sabotearon una misa católica que se realizaba en Venezolana de Televisión, agresión que fue transmitida por el canal.. En otro episodio le cayeron a plomo a un grupo de gente que salía de rezar un rosario en la Radio Nacional. En otro un sacerdote de Maracaibo denunció la profanación de una iglesia por un grupo de histéricos que no estuvieron conformes con destrozar la emisora Fe y Alegría por no soportar que dicha emisora diga la verdad pero sobre todo porque no soportan que lleve ese nombre.
Yo creo que esta gente se sintió muy entusiasmada cuando supieron el neoliberalismo es "el camino al infierno" y de seguro dijeron "por ahí, por ahí, para allá es que vamos". Lo que en Venezuela está sucediendo no es una división de clases ni de ninguna otra naturaleza. Es que los afines se agrupan. Los malos hacen el mal, hacen ritos satánicos, manejan el poder corruptor del dinero y son inmunes a la justicia de los hombres, aunque no a la divina. Son dirigidos por gente que vendió su alma al diablo y son militantes de connotadas sectas adoradoras del demonio. La alta tecnología se convierte en la peor de las armas, la que infiltra el diablo en la mente de los hombres. Son cuatro los Jinetes del Apocalipsis.
Los niños ahora son blanco del inmisericorde ataque. Que no coman, que no estudien, que no se diviertan, que no jueguen, que no sean atendidos. Que no nazcan. Que sientan el terror. Los hay que perdieron a sus padres por disparos de algún alienado homicida. Otros los perdieron también no porque hayan muerto sino porque ahora están muy ocupados en su delirio de guerra, comprando armamento, entrenando, acaparando para que otros niños no tengan alimento, insultando a su vecino, trancando al país, regalando La Patria. Ahora no los lleva a la escuela sino que, en vez de lápiz y cuaderno, se les da una cacerola y se les enseña palabrotas para que agreda y ofenda.
Nuestro llamado a los compatriotas es a que tengamos fe, que luchemos sabiendo que las pruebas serán difíciles, pero escuchemos cuando nuestro líder dice que Dios está con nosotros. Eso es cierto, Dios encabeza el comité de amigos de Venezuela. Con un amigo tan grande, ¿qué podemos temer?