VENEZUELA: AUGE Y CAÍDA DEL GOLPE MEDIÁTICO.

Luis Brito García

Los venezolanos inauguramos tres experiencias históricas trascendentes. El 19 de abril de 1810 iniciamos la independencia latinoamericana El 27 de febrero de 1989 protagonizamos la primera rebelión masiva contra el Fondo Monetario Internacional. En la semana que concluyo el 13 de abril padecimos y vencimos el primer golpe mediático .

Escribo atropelladamente mientras transcurre la semana mas larga de la década. En su inicio la nomina mayor de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), empresa de propiedad exclusiva del Estado, rechaza una directiva nombrada por su único accionista, se niega a rendirle cuentas, convoca ala huelga, sabotea algunas plantas. El domingo 7 de abril la Federación de Patronos (Fedecamaras) llama a un paro nacional. La Confederación de Trabajadores de Venezuela (que no representa ni el 17 % de la fuerza laboral, y en cuyas últimas elecciones desaparecieron la mitad de las actas y la otra mitad resulto nula) se une al paro patronal. El martes 9 y el miércoles 10 camino por la ciudad. Verifico que medios de transporte, Metro, bancos, comercios, farmacias, institutos educativos, industrias funcionan en un 80%. Las televisoras privadas y parte de la prensa imponen un paro virtual. Transmiten a las nueve de la mañana calles desiertas filmadas de madrugada, centros comerciales cerrados por sus dueños, y reducen Venezuela a unos millares de manifestantes que apoyan la nómina mayor de Pdvsa. El embajador estadounidense Shapiro y los representantes de la Venezuela American Chambers se convierten en estrellas mediáticas de las transmisiones.

El jueves 11 la oposición convoca por los medios a una marcha hacia el Este de la ciudad. Alguien hace circular el rumor de que Chávez ha caído. Culmina una campaña que durante años incita públicamente a los militares a la rebelión y celebra como héroes a los uniformados disidentes. El presidente del gremio de patronos y el de sindicaleros desvían la nutrida multitud de clase media contra el Palacio de Miraflores. Una gran muchedumbre de los partidarios del Gobierno rodea el Palacio. Chávez empieza a hablar por televisión en cadena. Las televisoras le superponen sus propias imágenes, cortan la cadena. Las policías de los alcaldes opositores Alfredo Peña y Capriles Randosky interfieren en las marchas. Suenan disparos. Caen manifestantes por certeros balazos en la cabeza. La marcha se transforma en caos. Centenares de partidarios del Gobierno reptan el puente de Carmelitas, eludiendo la balacera. Tres de ellos la contestan. El diputado Juan Barreto denuncia que gran parte de los muertos son chavistas. Las televisoras los presentan únicamente como opositores.

Aparecen en los medios militares que se pronuncian contra el Gobierno. Un piquete toma la televisora del Estado y la deja sin señal. Otro contingente ocupa Miraflores, secuestran a Chávez, informan falsamente el mandatario renunció. También anuncian a los venezolanos que Pedro Carmona Estanga, jefe del gremio patronal de Venezuela es su nuevo presidente.

Dijo Montesquieu que todo estaría perdido si una sola persona concentra el poder Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial. Pedro Carmona Estanga, personaje con cierto parecido al señor Burns, el patrono de Homero Simpson, acapara además el poder mediático. Lo único que le falta es declararse Dios. Tal cúmulo de potestades no lo conoció Luis XIV ni lo anticipo George Orwell. A tal neoliberal, tales medidas. En las primeras horas de su reinado, Carmona el Breve deroga la Constitución sancionada por voto popular, desmantela los poderes públicos, encierra un centenar y medio de representantes y gobernantes electos (en tres años de Chávez no había tenido ni un solo preso político). Esa misma noche anula las medidas que restringen la usura sobre los créditos, y hombres armados desalojan campesinos de las tierras repartidas por el Gobierno y queman sus viviendas.

Al amanecer hablo con gente del pueblo. Recurre una frase: "Es como si se nos hubiera muerto un familiar". Una anciana negra resume su estado de ánimo: "Hasta Dios nos abandonó". Pero el pueblo abandonado no se entrega. La noche del viernes 12 una inmensa muchedumbre desarmada cerca Fuente Tiuna, donde se dice que esta preso el presidente. Ni las lacrimógenas ni disparos al aire la dispersan. El sábado 13, multitudes inermes copan Miraflores, la ciudad, las capitales de los estados del país. La policía del alcalde Alfredo Peña les dispara, acumula en pocas horas 9 muertos. Bajo la presión de las masas desarmadas, grupos militares respaldan la Constitución. Un pueblo privado de sus dirigentes por una camarilla militar revierte la situación en pocas horas. Son liberados los ministros, que reinstauran el imperio de la Constitución. La telefonía celular corta sus redes a las cuatro de la tarde, en un intento de impedir la comunicación. Enormes muchedumbres rodean las televisoras. Los medios que las quisieron dejar sin voto las transmiten sin voz. Las televisoras privadas desaparecen a Venezuela de sus pantallas. Durante esa noche y el día siguiente solo transmiten películas, dibujos animados, un partido de fútbol. Quieren que no veamos: nadie los ve. El avestruz del poder mediático sepulta su cabeza en videos importados. Cegándose, quiere cegarnos. De esta semana estremecedora todos debemos extraer lecciones. Ojalá los medios que quisieron ser el mensaje aprendan que golpe mediático solo impone dictador virtual.