Entrevista a Diosdado Cabello sobre el Golpe del 11 de abril

Ylich Carvajal Centeno

Panorama / Publicado: 15/04/03

No me extrañó la actitud de muchos generales golpistas

Todas las traiciones duelen. A la una de la tarde José Vicente Rangel me informó que Rosendo ya se estaba saltando, a esa hora.

Medina Gómez le pidió al Presidente que lo sacara del país.

El 11 de abril me separé del Presidente a las 10 de la mañana. Como a las 11 ya teníamos la información de que iban a desviar la marcha para el Palacio de Miraflores, lo llamé por teléfono y le dije que iba a sobrevolar Caracas en helicóptero para ver qué tan grande era la movilización. Los números son fríos, pero si uno saca cuentas con el corazón se te ponen grandes o pequeños.. Ellos decían por televisión a cada rato que era un millón de personas, pero mentira, esa cantidad no cabe en ninguna parte. Como a la una me llamó José Vicente Rangel extrañado porque a esa hora ya Rosendo se estaba saltando, llamé al Presidente y le dije: "llámelo, llame a Rosendo" y nunca le respondió. Todas las traiciones duelen, en lo personal creí que eso iba a ocurrir antes, había muchas ambiciones políticas, mucha gente que ve al Presidente como el comandante de un batallón que no llegó a general, tienen ese complejo de superioridad, otros dicen que Chávez es muy joven, que tiene que tener 80 años para que controle al país, eso de paso lo hemos vivido en carne propia. Pero sí, hubo traiciones de los amigos del Presidente que indudablemente le tienen que doler más.

Ni sangre, ni renuncia

La última vez que hablé con el Presidente el 11 de abril fue como a las once y media de la noche. La situación para él era muy difícil, dura, pero me dijo que no iba a renunciar, que ellos estaban dando un golpe de Estado y nosotros no podíamos legitimarlo con una renuncia. Pero el Presidente también estaba decidido a no permitir que se derramara más sangre, a evitar que se produjera una confrontación violenta mayor entre militares venezolanos y me dijo que no haría resistencia si ellos decidían utilizar la fuerza. Fue un momento tremendo, lo presionaban para que renunciara, hay incluso una grabación en la cual un oficial dice que si no lo hacía, en 15 minutos bombardeaba el Palacio. Yo quería estar allí con él. Le pregunté a la gente de seguridad que estaba conmigo que en cuánto tiempo me sacaban del Palacio si entraba a Miraflores en ese momento. Me respondieron que en nada, que yo no iba a salir de donde estaba. Era un lugar secreto, como dice la canción, y fue la lógica de gente que tiene muchos años siendo policía, que sabe que después del Presidente el segundo a eliminar es el vicepresidente. Usted no puede ir para allá jefe, me dijo, porque lo están esperando para matarlo.

Desde el momento en que supimos que al Presidente lo habían hecho prisionero, asumimos nuestro rol. Comenzamos a llamar a los comandantes de las diferentes unidades, no faltó quien me dijera que tenía que asumir la transitoriedad, pero les respondí que esta no sería posible sin Chávez, que el hecho de que no estuviera en la oficina no quería decir que había abandonado el cargo.

Cacerolas en los cerros

El 12, después de que Carmona se autojuramentó, llamé a Unión Radio, pero me censuraron. En alguna parte tienen que tener la grabación de lo que dije en ese momento. Yo sabía que aquello era sólo un paso, que al mismo Carmona en tres días lo iban a tumbar los González González, los Medina Gómez, los mismos que después se fueron a la Plaza Francia de Altamira a demostrar el talante democrático que tienen, los mismos que el Presidente ascendió y colocó en cargos que nunca habían ni soñado.

Guaicaipuro Lameda, por ejemplo, era un desecho militar. Lo digo en el mejor sentido de la palabra, o sea, su destino era ser coronel, de allí no iba a pasar. Pero llegó el Presidente lo ascendió a General, después lo puso en Pdvsa y el hombre terminó creyéndose el cuento de que él podía sustituir a Chávez.

A González González lo ascendió el Presidente a General de Brigada, jamás debió haber ascendido porque incluso tiene problemas psicológicos fuertes, y no lo digo yo, lo dicen sus actitudes. Fíjate cómo son las cosas, lo que pasa es que la historia verdadera no se conoce, pero hay una carta que Enrique Medina Gómez le envía al presidente Chávez en la cual le pide que por favor lo saque del país, porque a él en el Ejército no lo querían ni los subalternos, ni los superiores. Esa carta existe y algún día saldrá por allí.

Manuel Antonio Rosendo toda la vida fue así, a mí en lo personal no me extrañó. Cuando el 4 de febrero de 1992 era el comandante de un batallón en Trujillo, creo que se llama "Ribas Dávila", y nos dejó enganchados. Él tenía que salir y no salió, no fue la primera vez que traicionó a Chávez. Lo que pasa es que el Presidente tiene un corazón muy grande.

¡Claro que Raúl Salazar estaba metido en el golpe¡, de eso no hay dudas, las reuniones se hacían en la Embajada de Venezuela en España, quizás lo subestimamos por el hecho de que estaba en Madrid, pero el se vino el 11, como lo hizo Medina Gómez y los que estaban en Colombia, Brasil y Bolivia. Tenían la información de lo que iba a ocurrir, todos llegaron el mismo día y ¡qué casualidad!, se cae el gobierno.

Efraín Vásquez Velazco perseguía a los militares que participaron en el 4F. Los oficiales que tuvieron la desdicha de trabajar con él sufrieron, puedo nombrar a Miguel Rodríguez Torres, el actual director de la Disip, quien fue perseguido por Vásquez. Rodríguez salió de la cárcel y regresó al Ejército, pero tenía esa cruz, él estaba aquí en Maracaibo y por cualquier cosa que pasaba en Ciudad Bolívar tenía que ir a declarar a la DIM. Aún así, Vásquez llegó a ser Comandante General del Ejército porque el Presidente respetó el Orden de Mérito que ya estaba contaminado por el viejo sistema. ¿Cuál era el viejo sistema? muy simple, tenías que pertenecer a un grupo y los ascensos para general pasaban por el Senado, necesitabas el visto bueno de los partidos. Contrario a lo que se ha dicho, el Presidente nunca ha querido meter la política en la FAN, por eso llegaron a importantes puestos de mando gente que jamás debió llegar allí, porque ya venían contaminados.

Cuando se estaba autojuramentando Carmona me fui a los cerros a tocar cacerolas. Me metí entre la gente, me estaban cuidando, pero la cosa allí se puso un poco emotiva y me tuve que ir a otro lugar. Sí, al sitio secreto del que hablé antes. No, no era propiamente Caracas, era en La Guaira, pero me fui luego a la casa de un amigo y no doy más detalles para no comprometer a nadie.

Fui Presidente 5 horas 15 minutos

El 13 de abril fue un día de mucha tensión. A Carlos Aguilera, que era el director de la Disip, lo soltaron y se fue para donde yo estaba. La gente ya había comenzado a bajar. Entonces declaré a CNN, a Telemundo, mi esposa también lo hizo y las hijas del Presidente. Ratifiqué que era el vicepresidente y como tal me correspondía asumir la presidencia, que no había visto ninguna carta de renuncia mía y mucho menos la de Chávez. A las cinco de la tarde comencé a regresar a Miraflores y llegué a las nueve de la noche. Tardé cuatro horas en ir de La Guaira a Caracas y te voy a explicar porque. El Ávila estaba cerrado de nubes y me explicaron que en esas condiciones el helicóptero por allí no pasaba, que era muy peligroso. Teníamos que tomar la ruta de Guarenas, pero no teníamos suficiente gasolina para un recorrido tan largo. Como no conseguimos el combustible, el señor de la casa en la cual me encontraba me dio una moto que él tenía, Carlos Aguilera andaba en la suya y arrancamos.

Cuando llegamos a la altura del peaje no se podía pasar, la gente lo había tomado. Le dije a Carlos que dejáramos las motos allí, subiéramos corriendo y el primer carro que pasara lo agarrábamos y nos íbamos a Caracas. Dios es tan grande que el primero que pasó fue el asistente de Vielma Mora (director del Aeropuerto de Maiquetía), le dije José Gregorio ¡vámonos para Caracas¡.

En el camino nos conseguimos 14 barricadas, la gente había tomado la carretera, en cada una de ellas nos obligaban a detenernos, Carlos les explicaba que era Diosdado quien iba en el carro -porque yo iba oculto en la parte de atrás- y le respondían ¿verdad? ¡pá velo!, sólo así nos dejaban pasar. Cuando llegamos a la avenida Sucre había saqueos y plomo por todos lados. Llamé al mayor Chourio, que es de la seguridad del Presidente, le expliqué que por allí no podía seguir, que me iba a devolver y que me enviara la caravana (presidencial) a la esquina de Quinta Crespo. Chourio se apareció en una ambulancia y así fue como entré otra vez al Palacio de Miraflores.

Cuando William Lara me juramentó como Presidente la vida entera me pasó en un instante por la cabeza. Yo estuve preso a los 28 años por lo que creo -por participar en el 4F- y allí estaba, leal a lo que pienso. Cinco horas 15 minutos después, cuando el verdadero Presidente llegó e hicimos el acto aquel, Chávez dijo ¡pero bueno! y éste no entrega nada?, entonces lo abrace.

FRASES

No tengo problema en rasparlos a toditos si hubiera que rasparlos
Hugo Chávez Frías durante el "Aló Presidente" del ocho de abril en referencia al despido de trabajadores de la industria petrolera.

No he visto por escrito esa renuncia; ese elemento debe demostrarse, si vamos a invocar que ese fue el mecanismo
Cecilia Sosa Gómez Presidenta de la extinta Corte Suprema de Justicia, el 12-A al pedir la renuncia de los integrantes del TSJ.

¿Cómo se puede llamar democrático un régimen que comienza por disolver el Parlamento?
Dijo Willian Lara, presidente de la AN el 12-A.

Me voy asqueado y cansado de este gobierno... soy un hombre de palabra y no quiero participar de este guabineo
Luis Camacho Kairuz, el 11-A al momento de renunciar a su cargo de viceministro de Seguridad Ciudadana.

Ya nos liberamos de la dictadura porque Chávez ya cayó
Carlos Andrés Pérez el 12-A desde Miami.

Esto no tiene vuelta atrás
Bernabé Carrero Cubero Jefe del Estado Mayor Conjunto en rueda de prensa el 11-A cuando hizo referencia a la renuncia del Alto Mando Militar.

El Chávez que estamos viendo ahora no es el Chávez que yo conocí...Es imposible que yo pueda estar en un gobierno que está manchado de sangre
Luis Miquilena, ex ministro de Interior y Justicia, al pronunciarse en contra del Mandatario Nacional.

Me engañaron
Manuel Rosales, gobernador del estado Zulia, al responder a los señalamientos sobre su firma en el decreto de Carmona.