La paradoja del cretino

Roberto Hernández Montoya

—Todos los cretenses somos mentirosos.

Si esto es cierto entonces es mentira que los cretenses mienten, o sea, que todos los cretenses dicen verdad; pero si es mentira entonces es verdad que mienten y entonces dicen verdad, etc. Se llama La Paradoja de Epiménides o del Cretense.

Según Cervantes érase una vez una puente en donde había un jurado que interrogaba a cada viandante. Si el viajero decía verdad, se lo dejaba pasar. Si mentira, se lo colgaba. Un día uno declaró:

—Vengo a que me cuelguen.

A lo que Sancho Panza, maestro de lógica, observó:

—...el tal hombre jura que va a morir en la horca, y si muere en ella, juró verdad, y por la ley puesta merece ser libre y que pase la puente; y si no le ahorcan, juró mentira, y por la misma ley merece que le ahorquen (Quijote, II:51).

Si no he entendido mal, la oposición quiere que el gobierno convoque a un referendo revocatorio de su propio mandato. Infiero que, quiéralo o no, el gobierno tiene que aceptarlo si se convoca según la Constitución. ¿A qué exigir entonces lo que la ley exige? (Que la oposición rechazaba el referendo que el gobierno demandaba, con la misma pasión con que ahora lo exige, no modifica el presente razonamiento).

Hasta aquí está claro, supongo. Pero luego se viene una quisicosa más ardua que no sé si haya gente suficiente y suficientemente lógica en la oposición para entenderla. Si el gobierno debe convocar el referendo ¿será que dudan de poder recoger las firmas? Es la única explicación que hallo para tanta machaconería. Ahora bien: si el gobierno se vuelve loco y convoca a votar contra sí mismo y la mayoría lo hace así, es porque esta está votando en favor de una petición del gobierno. Por tanto el gobierno tiene mayoría y debe quedarse. Pero si esa humanidad no vota por la solicitud del gobierno entonces vota en favor de que se quede. En ambos casos se queda.

Creo que, diciéndolo con serenidad, especialmente a mis amigos inteligentes de la oposición, debieran estacionarse en el hombrillo para revisar el mapa, como la gente sensata cuando se extravía. Perdieron siete elecciones seguidas; erraron en abril de 2002; perdieron a PDVSA al dejar al descubierto su vanguardia social, su tropa de élite, la Gente del Petróleo, el grupo de mejor formación y experiencia, que quedó desarmado y disperso en pleno campo de una batalla mal hilvanada; deprimieron económica y emocionalmente su base social, por lo que ya no convocan aquellas multitudes; hicieron perder $ 7,5 millardos o más a un país pobre y pretenden seguir siendo élite y llamar brutos y hordas a los que desobedecen sus disparates, como el actual: desabastecer el país y que mueran los enfermos sin medicinas. No entiendo. Le doy vueltas y no entiendo. ¿Qué les pasa? Porque tienen doctorados y posdoctorados. Hasta jesuitas hay. Me lo vuelven a explicar y no entiendo.

Debieran encender la luz, a ver si se organizan. O será que el bruto soy yo.