Parte del Seminario: Democracia, Estado y Ciudadanía
Organizado por Sinergia, Goethe Institut Inter nationes y Asociación Cultural Humboldt - Caracas mayo 2003

Comenzaremos con una cita de la investigadora mexicana Soledad Loaeza, que dice: "La sociedad civil es una señora que entiende muy bien las cosas, sabe lo que quiere y lo que tiene que hacer, es buena, buena; y desde luego, la única adversaria posible de la perversidad estatal. Es tan virtuosa y tiene tanta seguridad en si misma, que da miedo". Ciertamente, esta descripción puede atribuirse a la situación mexicana, cuando el movimiento zapatista estaba referido a la sociedad civil; pero creo que recoge una inquietud más allá de las fronteras de México, y es que para muchos, el término sociedad civil es una fórmula mágica que termina siendo una fórmula vacía. En este sentido, un acercamiento a la manera que se ha ido articulando el término de sociedad civil en Alemania, puede ser útil.

Los movimientos de la sociedad civil en Alemania

En un análisis teórico-histórico pueden distinguirse varias etapas u ondas de movilización de la sociedad civil en Alemania. En los años 50, existieron movimientos relacionados con las consecuencias de la post-guerra. Fueron movimientos que se articularon alrededor de la reconstrucción del país y de una sociedad civil de corte democrático, así como de temas como el rearmamento de Alemania, especialmente su participación en el armamento atómico. A mediados de los 60 viene otra ola de movilización, que se ha conocido en otros países de Europa, como el movimiento estudiantil (1968), el cual se articuló después bajo el título de la oposición extraparlamentaria. En los años 70 y 80, hay un nuevo auge de movilización social que se plegó al título de los nuevos movimientos sociales asociados al llamado post-materialismo, es decir, aquellos que abogaron por la ecología, la protección del medio ambiente, los movimientos de paz anti-guerra y los movimientos en contra del uso de energía atómica.

Alrededor de 1989-1990, el término se convirtió en el lema de quienes buscaban deshacerse del régimen totalitario de Alemania Oriental, en el marco de la caída del Muro de Berlín y de los procesos de unificación alemana, donde grupos vinculados a los derechos humanos y la iglesia, realizaron marchas en Alemania Oriental con el lema "nosotros somos el pueblo", que luego derivó en "nosotros somos un pueblo", en el sentido de unificado. Podemos decir que hay otro movimiento importante que surge alrededor de 1990, en contra del movimiento neonazi con una presencia bastante amplia en Alemania, que bajo el título "mostrar caras", trato de inducir una movilización de la sociedad para hacer visible que la mayoría de los alemanes no estaban de acuerdo con la presencia neonazi.

Hoy en día, las actividades voluntarias en Alemania abarcan a un 32% de la población en Alemania Occidental y a 23% en Alemania Oriental, lo cual demuestra que existe una cultura política en términos de participación muy diferente entre las dos alemanias. Además, vemos como ha ido subiendo progresivamente el porcentaje de participación, tomando el período entre 1984 y 1999.

No obstante, la participación social en términos de membresías activas o pasivas, ha ido tendiendo hacia la baja, demostrando un creciente individualismo e informalización de los esquemas de participación.

Los portadores de la protesta social en Alemania, no son los partidos políticos, los sindicatos o las iglesias, sino las iniciativas promovidas por los grupos informales.

Los siete discursos políticos sobre la sociedad civil en la actualidad

Hay un discurso muy conocido en América Latina sobre el concepto de sociedad civil que se articula alrededor del desencanto con los partidos políticos. Esta crítica a los partidos políticos tiene diferentes niveles, al liderazgo político, a las elites políticas y a lo "político" dentro de una desafección general hacia lo que significa lo político. Estos son tres elementos que deben diferenciarse para desglosar un poco el concepto de crítica a los partidos políticos, porque mucho de esto tiene que ver con las dificultades que tiene mucha gente para asimilar la calidad y el sentido de lo que es la acción política y cómo ha ido cambiando.

También es importante considerar hoy día, el discurso político de los nuevos conceptos de gobernancia, es decir, las nuevas formas de acción y organización estatal. Y en esto concuerdo con la idea de que ya no es posible pensar dentro de la tradición del Estado benefactor, como el gran prestador de servicios, como el omnipotente, que puede resolver todas las cosas. Esta es una concepción que los mismos políticos alemanes están reproduciendo dentro de las ofertas que ellos quieren promover, sabiendo que en el caso alemán sus competencias en gran parte de las áreas políticas ya fueron trasladadas a la Unión Europea. Se abre así una brecha entre lo que los políticos venden como sus capacidades para desarrollar soluciones que atiendan los problemas de la sociedad, y los recursos y competencias que efectivamente ellos tienen a mano para llevarlas a cabo. Los nuevos esquemas de gobernancia tienen que ver con que muchas de las decisiones se articulan en Bruselas, y las que tienen a su alcance ya no pueden ser tomadas desde arriba, sino que necesitan construir consensos y redes de contacto. De esta manera, la sociedad civil juega una nueva una dimensión en el discurso político.

La sociedad civil forma parte de los cambios que se están operando en los patrones de participación social. Existe una forma de informalización de la participación. Ya no valen los mismos ambientes de socialización en los cuales nacer socialdemócrata, te hacia construir una curricula de participación socialdemócrata. Los ambientes de hoy son mucho más diferenciados y esto cambia los esquemas de participación social. También el concepto de sociedad civil ha estado muy presente en el tema central hoy en día de la equiparación de los géneros; y en la necesidad de buscar nuevos lazos entre el Estado y los actores sociales, frente a los límites fiscales e institucionales de la acción estatal. De igual forma, la sociedad civil participa en los procesos de democratización transnacional a través de la creación de foros alternativos, como el Foro Social de Porto Alegre; y en el discurso que busca generar las suficientes fuentes de solidaridad y capital social para llevar adelante nuestras sociedades. Tanto en Europa como en América Latina, tenemos el problema de la pérdida de la paz o la violencia; para ello es una tarea central reconstruir los elementos de civilidad (las virtudes públicas) y lo que define el bien común o el sentido comunitario.

El concepto normativo de sociedad civil: pluralidad, autonomía y civilidad

En primer lugar, la sociedad civil vive de una pluralidad de elementos, en lo concreto es claro que en ella existen una gran cantidad de elementos singulares y contradictorios. La idea que aparece de sociedad civil es que todo es armónico, pero esto es una equivocación tremenda. También la sociedad civil tiene que hacerse cargo de la administración del conflicto. El elemento que caracteriza a la sociedad civil es que se expande horizontalmente, pero no crece verticalmente, es decir, se multiplican los diferentes intereses hacia lo ancho, pero no crece en capacidad de agregación de intereses. Un ejemplo clásico, es que si voy en bicicleta me quejo de los autos porque me están quitando espacio: si voy en auto, me quejo de los bicicleteros porque están maniobrando por donde quieren; y si voy como peatón, me quejo de los otros dos. Es así como los valores que tenemos en mente no son compatibles con los de otros, a menos que se definan desde una situación concreta. Eso vale también para la sociedad civil, por los intereses que allí están presentes, que como tales no tienen porque ser compatibles en la realidad, sino como intereses particulares o singulares que no necesariamente generan consenso.

Un segundo elemento definitorio de la sociedad civil es la autonomía de las instituciones y organizaciones. Esta justificado decir que la sociedad civil, al igual que los partidos en América Latina, nacen desde una matriz estado céntrica, y que por eso cuesta mucho más generar autonomía en la gestión de esos intereses. En Alemania la situación es algo diferente, porque dentro de una situación de postguerra, la sociedad civil nació bajo la tutela de los aliados, con esquemas muy diferentes de fomento de la sociedad civil, generando patrones diferentes de organización y de autonomía.

El tercer elemento, bastante discutido, es si es una condición de la sociedad civil que haya "civilidad" en el comportamiento de sus miembros, especialmente tolerancia y no violencia. ¿Podemos aceptar que existan sociedades civiles violentas? o acaso es eso una contradicción dentro del mismo término. La pregunta es si debemos esperar, al menos en la concepción normativa de sociedad civil, que sus miembros actúen civilmente dentro de un esquema de tolerancia y no violencia, para que sean considerados parte de la sociedad civil; más puntualmente, ¿son las fuerzas guerrilleras de Colombia o los grupos radicales de derecha, miembros de la sociedad civil?; o por el contrario, estamos estableciendo que una de las bases para distinguir sociedad civil es que no haya violencia en el comportamiento de sus miembros.

El concepto descriptivo de la sociedad civil

A partir del comportamiento de la sociedad civil en la realidad, proponemos un concepto de carácter descriptivo. La sociedad civil se define como un espacio social de autorganización entre Estado, economía y lo privado, incluyendo tres categorías: grupos de interés, movimientos sociales y partidos políticos. Y aquí es donde comienza la discusión entre los protagonistas del concepto de sociedad civil, que en primer instancia sacan del concepto a los partidos políticos. Los partidos son los "malos" que contaminan a la sociedad civil, y creo que es importante salirse de esta discusión antipartidista, que si bien tiene su justificación, no ayuda a comprender que los partidos tienen al menos uno de sus pies en la sociedad civil. Su tarea es la intermediación entre intereses ciudadanos y la decisión política, ellos juegan un papel de bisagra, y esto implica que habrá que incluirlos en el concepto de sociedad civil, aparte de los viejos movimientos sociales (sindicatos y gremios), los nuevos movimientos sociales (los ecologistas por ejemplo), así como los grupos de interés y las asociaciones empresariales.

Las limitaciones de la sociedad civil

Un primer problema que aparece en la sociedad civil es que estamos ante una cantidad de actores con frágiles recursos socio-morales, no en el término de moralidad buena o mala, sino en el sentido de que éstos recursos son inestables y su manejo es muy crítico. Es decir, el Estado pide a los actores sociales una gran participación en la gestión o en la realización de sus obras, que sobrepasa la disposición de la gente. En Alemana existe una tendencia hacia la individualización, de manera que el compromiso colectivo esta bajando. Entonces los que son activos en las organizaciones, aparecen como los locos y tontos, porque todos los demás participan de los logros de ellos. El segundo problema es la singularidad temática. A la mayoría de las asociaciones, les basta con un solo tema y esto explica porque se expanden horizontalmente y no verticalmente. Un tercer problema, es al que llamamos fenómeno "Nimby" que en una frase se resumen en "no en mi jardín". Significa que la sociedad civil quiere ver una propuesta de temas que reflejen su interés inmediato, sin importar qué consecuencias tenga en el tiempo o para otros. El caso típico en Alemania, es que una persona puede estar en contra con la construcción de una planta de residuos atómicos cerca de su casa, pero si lo hacen 100 kilómetros más allá no importa.

Los partidos políticos y la sociedad civil

Los síntomas de la crisis de los partidos en Alemania tienen que ver con la pérdida de miembros y con la pérdida de la identificación partidista, es decir, ya no funcionan los clásicos esquemas donde el ser trabajador significa automáticamente votar por la socialdemocracia. Hay además un cambio en la organización partidaria, al estilo "american expres", donde los partidos comienzan a prestar servicios, como el otorgamiento de créditos, la organización de viajes, etc. Asimismo, hay una profesionalización de la política, lo cual implica que las carreras tradicionales de trabajar primero en mi barrio, luego subir a la ciudad y después a la región, etc, ya no está funcionando. El reclutamiento del personal político sigue otros esquemas, hay mucha gente que llega a puestos de decisión sin pasar por las etapas del esquema tradicional.

Frente a esta situación, la reacción de los partidos políticos en Alemania, es ofrecer listas abiertas, especialmente a nivel de los municipios. Existe una tradición en Alemania que a nivel municipal no solamente se colocan listas de partidos sino también asociaciones electorales. Utilizando un esquema parecido se ofrece un nivel de derecho de voto abriendo la posibilidad de que se pueda mover a la gente en la lista. Así, si yo quiero que el número 10 tenga posibilidad de entrar al parlamento, le doy tres votos y al que esta en el primer lugar no le doy ninguno. Esto permite que el ciudadano pueda elegir el personal concreto. Otra solución son las primarias internas, aunque en esto la experiencia no ha sido buena; y existe además el concepto de las membresías temporales, algo así como el mecanismo que utilizan los clubes de libro para convencer de que el servicio es bueno.

También comienza a cambiar el papel de los partidos, ya no como orientadores de las discusiones nacionales y políticas, sino como moderadores de las discusiones públicas. En el actual gobierno alemán ha sido muy fuerte tratar de restringir el papel que su partido en las discusiones públicas, promoviendo muchos círculos de expertos que impacten sobre éstas. Luego el gobierno trata de buscar los sondeos de opinión pública que sean más fácilmente combinable con las ideas del partido. Otro caso en Alemania es la conversión de movimientos sociales en partidos políticos, lo cual está muy referido al movimiento de los verdes, convertidos en un partido, al principio asistémico con rotación de mandatos, pero hoy transformado en un partido más sin diferencias con los otros que hacen vida en el parlamento.

Algunas enseñanzas a partir de la trayectoria de la sociedad civil en Alemania

Es posible extraer algunas enseñanzas de la descripción hecha sobre la sociedad civil en Alemania. La primera es que en Alemania existe una experiencia de lucha, de los instrumentos formales de la sociedad civil contra los principios normativos de ésta, especialmente durante la Alemania nazi. Esto quiere decir que la acción ciudadana debe ir acompañada por la efectividad de un Estado de derecho. Debe haber una posibilidad real de control a partir de criterios y valores basados en la Constitución. No todas las cosas que un ciudadano hace son buenas; si hoy lleváramos a referéndum una decisión sobre la pena de muerte, en Alemania ganaría la mayoría. Por eso la Constitución excluye este tipo de elementos de la discusión, relacionados con derechos humanos básicos.

Una segunda enseñanza, que acerca Alemania a América Latina, es la experiencia de esquemas corporativos excluyentes y estructuras burocráticas inflexibles. El sistema alemán, así como el austríaco han desarrollado cantidad de mecanismos de corporativismo: acción concertada, pactos empresariales, sindicales y del Estado. Hoy en día, estos mecanismos son muy influyentes y contraproductivos a las necesidades de cambio. Frente a estos, se ha ido privilegiando un concepto de Estado activador y de ciudadanía activa. Ya no es solo un Estado que posibilita la acción ciudadana, sino que la promueve, en el sentido de ofrecer posibilidades de capacitación para la acción ciudadana, dejando fuera el esquema tradicional de los actores corporativos. Se definen nuevos espacios de acción ante el cambio de valores, destacando la informalización de los actores colectivos. La mayoría de los ciudadanos no están dispuestos a comprometerse de por vida con el sindicato, el partido o con cualquier organización, a menos que estos compromisos estén temporalmente limitados y vayan orientados a otros intereses y hacia una reforma de los partidos políticos.

La tercera enseñanza es que en la postguerra se consideraba a los alemanes como nazi; se habia servido a una cultura política autoritaria de ciudadanía. Por lo tanto, era necesario el aprendizaje democrático de la sociedad civil. Así entonces, en el sistema político alemán se crearon nuevos espacios de acción ciudadana autónoma, comenzando con el concepto de autonomía municipal, de decisión pero también de control sobre los recursos, el diseño federativo del Estado y el concepto de medios de derecho público. Por ejemplo, en Alemania existen dos sistemas de radiodifusión y televisión, uno privado y otro público, pero no estatal. Los medios se financian con contribuciones de cada ciudadano; cuando se ve televisión tengo que pagar una cuota mensual a las emisoras de derecho público, esta es otra tradición que no es estatal sino pública.

Conclusiones y comentarios finales

Debemos discutir el tema de la sociedad civil en tres términos, en la acción de la sociedad civil con los partidos políticos; en la acción entre los partidos y el Estado; y en la acción entre la sociedad civil y el Estado. En el esquema tradicional, tendríamos un electorado articulado alrededor de los partidos políticos, los cuales funcionarían idealmente como mecanismo de agregación e intermediación de intereses hasta las instancias de decisión. Lo que estamos viendo ahora, no solo en Europa sino en América Latina, es la disfunción de los partidos políticos en estas tareas. Estos no están en condiciones de realizar una intermediación efectiva de intereses, lo cual implica un cierto bloqueo en la intermediación. Es por eso que los gobiernos buscan establecer contactos directos con la sociedad, llamando a ello: concertación, diálogo nacional, política de encuestas diarias sobre temas interesantes; pasando pasa por encima de los conceptos tradicionales de articulación política.

El esquema tradicional ya no sirve. En este esquema el centro de las decisiones está representado en un círculo central integrado por el parlamento, el gobierno y la administración. En relación con este centro, existen varios sectores a través de los cuales se intermedian intereses: en primer lugar, la intermediación territorial a través de partidos y elecciones; en segundo lugar, la intermediación clásica a través de los grupos de interés, el Estado y los tomadores de decisiones; y, en tercer lugar, la intermediación funcional que se orienta por la manera como se busca ejercer presión sobre las instancias de decisión.

Lo que caracteriza a estos tres sectores, es que son cerrados, no accesibles a la visión pública. Lo que pasa en los parlamentos, en gran parte, no interesa a nadie; los acuerdos se arreglan por debajo de la mesa; y lo mismo pasa en la intermediación entre la administración y los intereses particulares. El único sector que tiene carácter público, es la intermediación a través de la sociedad civil, y en éste sector todos los actores están intentando que se les preste atención. Aquí juegan un papel central los medios de comunicación, y si éstos no funcionan, se restringen las posibilidades de que el sector de la sociedad civil tenga efecto como espacio de intermediación. Los medios de comunicación permiten que los intereses de la sociedad civil lleguen a ser parte de la agenda pública. Pero, si tenemos una prensa muy amarillista donde los temas desaparecen detrás de los eventos de seguridad pública, es muy difícil que su papel en la intermediación tenga algo de representatividad.

No obstante, los medios de comunicación tienen una limitante, existen intereses influyentes que no se hacen visibles, a menos que hayan actores que los defiendan o se opongan a ellos. Si por ejemplo, hay una grave degradación del medio ambiente, y no existe una organización de medio ambiente visible como actor, la degradación de hará igualmente. Si queremos que la sociedad civil ejerza un papel importante de intermediación, tenemos que tomar en serio la tarea de generar más espacios públicos, propiciar condiciones favorables a ellos e identificar a los actores para que ayuden en esto.

Existe un eje de discusión en Alemania, alrededor de la pregunta ¿dónde está el poder?. La visión tradicional de que el poder está en la sede del gobierno ya no es válida. El poder esta en otro lado. El mismo poder central tiene que hacer un esfuerzo para organizarse su poder, el cual está mucho más difuso; está en la Unión Europea, en los actores sociales, en las cámaras de industria, en los sindicatos, en los grupos de expertos, en los medios de comunicación. Por lo tanto, la pregunta no es ya ¿cómo accedo al poder?, en el parlamento o en el partido, sino más bien qué estrategias tengo para el ejercicio de una responsabilidad, es decir, para organizar el acceso al poder, entendiendo que el poder está en todos lados.

En Alemania, no tenemos la figura presidencialista, pero esta discusión es importante también para los sistemas políticos de América Latina. Es necesario despedirse de la idea de que el señor que está sentado en la silla presidencial, puede hacerlo todo. Ya no es así, esta es una de las grandes estelas de ilusión estado-céntrica, donde se espera que quien accede al puesto, puede hacerlo todo. Eso ya no corresponde a la complejidad de nuestras sociedades, porque por ejemplo el poder que tiene Venezuela para definir los precios del petróleo es bastante limitado. No existe tal capacidad en el poder ejecutivo, por el contrario, el que llega a un puesto de decisión tiene que establecer estrategias para tener acceso a recursos de poder.

¿Cómo inducir la renovación de los partidos políticos?. Esa es la pregunta en todos lados. Existe una desarticulación en la relación entre partidos y sociedad civil que hace complicado los vínculos. Los partidos actúan de brazos abiertos ante la sociedad civil, mientras que ésta los rechaza. Esto se ve fortalecido, porque las ideologías y los programas ya no tienen capacidades de integración. Antes había siempre esa nube donde uno sabia que existía algo bueno. Los partidos ya no tienen la capacidad de integrar ni a sus miembros, ni a la sociedad a través del programa. En Alemania, ya no le interesa a nadie lo que haga la Comisión de Asuntos Básicos o Valores del Partido. El Canciller decide de acuerdo con lo que dicen las encuestas o los orientadores de la opinión pública. Por otro lado, la conversión de movimientos sociales en partidos políticos no sucede frecuentemente, y en Alemania, por ejemplo, casi le cuesta la vida al partido de los verdes. No obstante, ha sido un hito para el cambio de la configuración de fuerzas, convirtiendo un parlamento de tres partidos en uno de cuatro.

¿Cuál es el esquema de representación de estos tiempos?. Cuando hablamos de los esquemas de representación, hacemos conexión con el tema de las "brechas" entre la representación y los representados. Creo que no hay problema en establecer esquemas de democracia directa viables y funcionales a nivel local, pero esto no parece funcionar cuando trascendemos hacia lo regional, nacional o internacional. El tema de la representación es un elemento central en la Unión Europea. Allí es muy claro el problema del déficit de la representación. Por eso algunos ha propuesto que en decisiones centrales se consulte a la población por vía refrendaria, como por ejemplo, la introducción del "euro". Esto parece necesario, porque el traslado de las decisiones a un ente regional requiere reconectarse con la población; de otra forma se generaría una brecha entre la población y la distribución real del poder. Pero, ¿qué hacemos si Francia dice que no y Alemania dice que si?, el proyecto de la integración puede morir. Va a ser tremendamente difícil que todos los Estados logren votar de manera conjunta, cuando ingresen ahora los países de Europa Oriental. Esto puede llevar a un bloqueo de la integración, y por eso, el referéndum se convierte en una votación básica si va a existir integración europea o no.

Hay también un cambio en el estado de derecho; antes las leyes establecían muy claramente cómo se llegaría al objetivo y cuáles eran las consecuencias en caso de no cumplir con estas tareas. Ahora en Alemania las leyes ya no se formulan de esta manera, se establece un objetivo general como por ejemplo lograr que un 25% de la población acceda a la universidad, y dejan a la administración la potestad de decidir la manera de lograrlo. Este es un cambio dramático, significa una pérdida de decisión de los parlamentos y un traslado de esa responsabilidad a la administración.

La individualización es un fenómeno que está en el debate si estamos en camino a una sociedad post-materialista. Los análisis cuantitativos y cualitativos de los noventa indican que hay un cambio en los valores de la población. En Alemania, está quedando atrás, por ejemplo, la imagen del alemán puntual que trabaja por obligación. Han surgido nuevos valores, donde se busca el trabajo que permita alcanzar realizaciones personales. A esto se le ha llamado post-materialismo o una sociedad de "tiempo libre". Pero, la situación económica que se está atravesando desde hace algunos años, hace que se de un cierto reverso. El trabajo parece ser importante más que el espacio libre para el encuentro.

En cuánto a cómo fortalecer a la sociedad civil en Venezuela, dado que los partidos no generan confianza y hay poco caudal de organizaciones, el punto clave es la "confianza" como recurso de la sociedad civil. Si yo no puedo confiar en mi vecino, entonces no hay interés en organizarme. Creo que el recurso de la confianza interpersonal, es la contribución que pueden hacer la sociedad civil a la sociedad en general, mucho más en una sociedad tan polarizada como la de Venezuela. Las acciones de la sociedad civil, deberían estar orientadas en esta dirección, es decir, ¿cómo pueden generarse condiciones o el ambiente que facilite una nueva construcción de la confianza y del consenso? Creo que éste es un eje donde hay que activarse, la gente necesita que la sociedad pueda mejorar en este sentido.




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