Tomado de: www.rebelion.org

Alguien preguntó una vez a Mahatma Ghandi qué pensaba de la civilización occidental. "Sería agradable", contestó.

La democracia en Latinoamérica también pudiera ser agradable si Estados Unidos la permitiera.

Tradicionalmente, cuando los latinoamericanos eligen a gobiernos que muestran aunque sea vagas intenciones de redistribuir la riqueza nacional para beneficiar a los pobres, a los funcionarios norteamericanos se les enreda todo y fuerzan nuevas elecciones: entonces emerge el candidato pro-EEUU. Pero la fusión retóricamente ocultada por Washington entre elecciones populares y nombramientos imperiales no garantiza la estabilidad latinoamericana.

Desde 1999, siete jefes de estado del Hemisferio han dejado su cargo antes terminar su mandato. En octubre, cuatro meses antes de que funcionarios norteamericanos y franceses despacharan al presidente electo de Haití Jean-Bertrand Aristide, el pro-norteamericano presidente boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada huyó de Bolivia a Miami. Masivas protestas populares se desataron contra su política económica a favor de Estados Unidos. De manera similar Raúl Cubas, presidente de Paraguay, tuvo que renunciar ante fuerte oposición, en ocasiones turbulenta. El presidente ecuatoriano favorable al libre comercio, Jamil Mahuad también fue expulsado. Los peruanos como que eligieron al fascistoide Alberto Fujimori, actualmente exiliado en Japón, y acusado por actos criminales en Perú. (Tiene esperanzas de regresar a Perú y apoderarse otra vez de la presidencia.) El Presidente Alejandro Toledo, quien sustituyó al Fujimori en desgracia, siguió los dictados de EEUU en cuanto al libre comercio que ha provocado grandes disturbios. En diciembre de 2001, la economía de Argentina colapsó y Fernando de la Rúa renunció debido a revueltas populares contra sus políticas neoliberales. Las políticas económicas pro-EEUU (libre comercio) provocaron la caída de esos regímenes.

Sin embargo, "pro-EEUU" no es la etiqueta que puede describir a Hugo Chávez, el actual objetivo de la desestabilización encubierta. En 1998, el ex paracaidista de 49 años ganó un masivo apoyo electoral y fue elegido presidente. Chávez fue reelegido en 2000 para un período de seis años.

Líderes de la oposición aseguran que Chávez quiso convertir a Venezuela en un sistema como el cubano. Después de fracasar en un intento de golpe en 2002, los conspiradores de Washington y Caracas lanzaron una petición de referéndum para la revocación y para una nueva elección.

Pero el Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE) anunció el 9 de marzo que sólo aceptaba 1 millón 830 mil firmas de las más de 3 millones presentadas; 2,4 millones obligarían a una elección revocatoria. El 15 de marzo la División Electoral de la Corte Suprema rechazo al Consejo.

La oposición apeló a la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia que falló a favor de la oposición; el CNE apeló a la Sala Constitucional del TSJ quien ordenó a la Sala Electoral entregarle toda documentación relativa al caso. El CNE argumenta que constitucionalmente es el rector de los procesos electorales y de los revocatorios. Chávez debe someterse a la decisión final que tome el TSJ. (Nota: El 23 de marzo la Cámara Constitucional de la Corte Suprema rechazo la Cámara Electoral y a favor de la Comisión Electoral. Los anti-Chavistas todavía pueden apelar a la corte completa.) Paradójicamente, miembros de la administración Bush que ayudaron a arreglar las elecciones de la Florida en el 2000 acusaron a Chávez de manipulación electoral. Funcionarios de Bush llaman a Chávez "el amiguito de Castro", y se burlan de sus ataques verbales contra el imperialismo norteamericano, lo cual ven como un gesto de desobediencia.

Los ricos, los propietarios de los medios y los altos ejecutivos y ex dirigentes de la compañía petrolera estatal, junto con sus socios sindicalistas del sindicato elite del petróleo, trataron de deshacerse de Chávez con el golpe de estado de abril del 2002.

Los ex golpistas y sus promotores de Washington tienen las agallas de asegurar que es Chávez, y no ellos, quienes minan la democracia. Imaginen a funcionarios norteamericanos atreviéndose a acusar a otros de minar la democracia mientras mantienen sus manos contaminadas en Haití después de haber derrocado a Aristide.

En discursos recientes Chávez ha citado documentos adquiridos por medio de la Ley de Libertad de Información que muestran que agencias de EEUU financiaron los esfuerzos de los ex golpistas. Chávez exigió que EEUU "saque sus manos de Venezuela".

Los documentos que él citó demuestran que "Súmate", un grupo que dirige la recolección de firmas para la revocación de Chávez, recibió $53 400 del Fondo Nacional para la Democracia (NED), financiado por el Congreso, y que fue creado para ayudar a las causas que fortalezcan la democracia.

Los organizadores de la campaña pro-revocación también han fomentado mítines callejeros que han costado al menos ocho vidas. Miembros de la elite hacen sonar cazuelas y sartenes en sus propios barrios -en las casas sólo los sirvientes las usan-, pero algunos de los pobres de Venezuela reciben dinero de operativos financiados por EEUU para que realicen protestas más violentas.

Estas tácticas son eco de fórmulas probadas por la CIA, como la usada para fomentar la revuelta contra el gobierno de Salvador Allende en Chile (1970-73).

"Se hace en nombre de la democracia", dijo Jeremy Bigwood, el periodista que obtuvo los documentos que demuestran la complicidad de EEUU, "pero eso es una hipocresía. Venezuela tiene un presidente elegido democráticamente que ganó el voto popular, lo cual no es el caso de EEUU". (Andrew Buncombe, 13 de marzo de 2004, The Independent.) El NED toma como blanco a líderes extranjeros que no creen lo suficiente en el libre comercio y en la privatización, o que quieren que el gobierno desempeñe un papel activo en la economía.

Por ejemplo, el NED escogió a Aristide como objetivo por su negativa a cumplir al 100% con las exigencias de privatizadores como el FMI y el gobierno de EEUU. Envió dinero a sus opositores mientras que el propio gobierno de eeuu eliminaba préstamos, créditos y asistencia al gobierno haitiano.

Washington no puede utilizar estas tácticas en Venezuela sin arriesgar una política petrolera de represalia por parte de Chávez. Pero si reclutó a su viejo aliado de la Guerra Fría, el Centro Norteamericano para la Solidaridad Sindical Internacional, ala de política exterior de la central sindical AFL-CIO. La AFL-CIO, que está perdiendo miembros en el país, no obstante gasta el dinero de los trabajadores en entrenar y asesorar a las fuerzas de oposición contra Chávez. El gobierno de EEUU actúa como una especie de organizador informal para unir a los sindicatos anti Chávez y a los desacreditados partidos políticos como Acción Democrática y COPEI, cuyos gobiernos anteriores han saqueado la tesorería de la nación durante más de cuatro décadas.

Chris Sabatini, el director del NED para Latinoamérica, asegura que su agencia sólo desea "abrir espacios políticos" (Independent, 13 de marzo). Tales declaraciones parecen risibles. Pero con solo el ridículo no se combate esta postura democrática. Es más, la preocupación de EEUU por la democracia solamente aparece cuando esa antigua forma griega comienza a funcionar para los pobres. En Chile a principios de los 70, y en Venezuela hoy, los ricos gritan "democracia" sólo cuando las políticas de impuestos destinadas a ayudar a los pobres amenazan sus fortunas.

Los medios en manos de los ricos no informan los hechos acerca de cuán "democráticamente" los gobiernos anteriores saquearon a Venezuela. Pero han promovido el pánico acerca del presupuesto de Chávez, que prioriza la salud pública y la educación -servicios que los ricos no usan- y esperan que EEUU intervenga de manera más firme.

Las tropas de EEUU intervinieron de manera rutinaria en la región en los siglos 19 y 20. Después de 20 años de ocupación en Haití (194-34), los infantes de marina entregaron las riendas del poder a lacayos militarizados que reprimieron a su propio pueblo, pero juraban lealtad a Washington. Después de la 2da. Guerra Mundial, cuando la democracia se convirtió en un valor nacional exportable -e incluso la integración racial por los 1960- la CIA redefinió la palabra para que coincidiera con los intereses políticos de EEUU en todo el mundo.

La mayor democracia del mundo derrocó a gobiernos elegidos en Irán (1953) por su intención de nacionalizar el petróleo, y en Guatemala (1954) por distribuir a campesinos sin tierra parte de las hectáreas no cultivadas de la United Fruit -después de compensar a la compañía según el valor declarado en los impuestos. Tradicionalmente, EEUU elimina a candidatos "indeseables" que ganan elecciones y los sustituye por candidatos más obedientes.

En los años 60, operaciones encubiertas de EEUU ayudaron a deponer al reformista presidente Joao Goulart de Brasil (1964) y repletaron de dinero los cofres de sus candidatos en toda Latinoamérica. En respuesta a la Revolución cubana, campañas de contrainsurgencia apoyadas por EEUU fortalecieron los elementos menos democráticos de Latinoamérica, mientras que simultáneamente los presidentes Kennedy y Johnson alababan las virtudes de la Alianza para el Progreso en la construcción de la democracia. La Alianza recibió en Latinoamérica muchos menos fondos que los militares.

Nixon autorizó el derrocamiento de la coalición socialista de Salvador Allende, elegida democráticamente en Chile -lo que se logró por medio de un sangriento golpe en 1973- y la formación de lo que la embajadora de Reagan ante la ONU, Jeanne Kirkpatrick, catalogó de gobiernos solamente "autoritarios", en comparación con los verdaderamente malvados y "totalitarios.

Los regimenes autoritarios pueden cambiar, opinó ella, mientras que los totalitarios permanecen inmutables. Ella no dijo que los gobiernos autoritarios financiados por EEUU en gran parte de América Central y del Sur también asesinaban a sus opositores. Los totalitarios al menos ofrecían servicios y, como resultó, también cambiaban (se desmoronaban).

Kirkpatrick aseguraba que "Centroamérica es el lugar más importante del mundo". Imagínenla diciendo esto en una audiencia acerca de la locura. No importa cuán ideológicamente grotesco, Kirkpatrick y los de su calaña demostraron ser fríos calculadores en el apoyo a las guerras encubiertas que terminaron por derrotar a los sandinistas en Nicaragua (1979-90) y en apoyar golpes militares (autoritarios) contra gobiernos elegidos en los 70 y los 80.

En el siglo 21, Washington muestra su evolución derrocando a Aristide y cita como razón la antipatía de éste por la democracia. La Asesora de Seguridad Nacional Condoleeza Rice explicó: "Creemos que el Presidente Aristide perdió su capacidad de dirigir a su pueblo porque no gobernó democráticamente". (Programa Meet the Press de NBC, 14 de marzo). No presentó pruebas.

Los chavistas han observado el drama haitiano con la comprensión de que ellos son los próximos en la lista de Bush. Otto Reich, enviado especial al Hemisferio Occidental, y el Secretario Asistente de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Roger Noriega, apenas han ocultado su intención agresiva.

A medida que aumenta la histeria, los seguidores de Chávez, la mayor parte de ellos pertenecientes al 80% de los venezolanos, que son pobres, ganan en comprensión tanto acerca de sus enemigos como de su propio papel para cambiar la historia. Ellos eligieron a su presidente y la democracia exige que su voluntad, la de la mayoría, se cumpla. El día que George W. Bush crea en una formulación tan sencilla como esta, la hierba crecerá en la palma de mi mano.

Así que permanezcan alertas, Compañero Hugo y miembros de los Círculos Bolivarianos.


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