IESA
Ponencia en la Conferencia sobre Venezuela en la Universidad de Georgetown, Washington, DC. Abril 29, 2002

Si uno se viese forzado a definir el modelo de desarrollo venezolano actual con terminología estándar, diría que lo que nosotros tenemos es un proceso de "desarrollo desde abajo", o economía de "goteo hacia arriba" ("trickle up"), en oposición a la de "goteo hacia abajo" ("trickle down"). Dado que la gran mayoría de la pobación en Venezuela está empobrecida, la atención al problema social es asunto de vida o muerte.

Desde la ruptura del Acuerdo de Bretton Woods en los 70s, Venezuela ha tenido un sector externo muy volátil, y alrededor de doscientos millardos de dólares, más que ocho veces nuestra deuda externa, han salido del país desde entonces, y la inversión, el empleo y la producción se han derrumbado; en lo atinente a la distribución del ingreso, nos encontramos entre los paises de mayor desigualdad en el mundo (tercero, por encima de Africa del Sur y Brasil). Como sabemos, las teorías del crecimiento de segunda y tercera generación, argumentan que las sociedades con gran desigualdad tienden a estancarse, y el capital humano (incluyendo educación y salud) y un buen y sólido diseño institucional respecto a la administración pública, hacen la diferencia en cuanto a crecimiento a largo plazo, estabilidad política y sustentabilidad. Venezuela ha optado por tomar esto en cuenta a objeto de tener un programa de desarrollo pero, a la vez, poniendo especial atención al "capital moral", o sea, a la solidaridad.

Amor verdadero, o "solidaridad", significa preocuparse por los demás. En Economía, la literatura sobre el altruismo, en el sentido de amor verdadero, comienza con el premio Nobel Gary Beker, de Chicago, y ha mostrado que el preocuparse por los demás, implica transferencias sin contrapartida que, de hecho, resuelven fallas del mercado. En un entorno incierto con mercados imperfectos o incompletos, familias, grupos de amigos y comunidades completas, experimentan transferencias contingentes voluntarias de miembros del grupo, en tiempos de buenos ingresos, a miembros golpeados por la mala suerte. Análogamente, cuando el mercado falla, debido a la existencia de bienes públicos, las comunidades se benefician de una relación de preocupación para mejorar las asignaciones subóptimas del mercado. Merece la pena mencionar el ejemplo del movimiento de Software Libre, cuyo producto caracterizador, GNU/Linux, es más barato y mejor en un número importante de características, incluyendo seguridad y dependabilidad, con características de uso amistoso similares a los del principal proveedor mercantil de un bien público privatizado, Windows de Microsoft (que ha sido acusada de recurrir a prácticas fuera del mercado, y abuso del poder del mercado, para imponer su reino, dañando a la economía por el hecho de que lo mejor no es escogido por culpa de las actividades aludidas). Otro ejemplo muy común sucede cuando trabajadores se reúnen para compartir información, que es, por naturaleza, un bien público, con el objeto de mejorar el funcionamiento de la empresa. Hasta firmas de Wall Street, el corazón del capitalismo y el individualismo, diríamos, tienen en cuenta la necesidad de la solidaridad. Lehman Brothers, en particular, experimentó mejoras sustantivas, en un caso famoso en el que el Gerente de Inversiones de capital organizó un equipo de agentes financieros que tenían entre sí muy buenas relaciones de atención mutua. No es una coincidencia el que, desde hace algún tiempo, las empresas inviertan en la formación de "capital moral", tal como lo hacen cuando gastan en cursos de "inteligencia emocional" para sus empleados. Las Cooperativas, las cuales resuelven el problema del agente-principal, basado en la información asimétrica existente tanto entre los propietarios y gerentes como entre estos y los trabajadores, son el lugar natural para las mejoras de eficiencia debida a mejor producción y distribución de la información en el proceso productivo. Es de enfatizar que la principal característica que establece la diferencia entre las cooperativas eficientes y duraderas y las turbulentas y de corta vida, es la unión, apoyo mutuo y preocupación entre sus miembros. Sin extender el análisis a otras instancias de fallas del mercado, y aun a fallas del Estado, como externalidades, información privada, racionalidad completa, definición adecuada de los derechos de propiedad, diremos que la solidaridad es un elemento importante en la cultura humana en pro de la mejor eficiencia. Lo que el gobierno venezolano hace es reconocer que la solidaridad existe y la toma en cuenta en sus planes y su gestión. Una sociedad, como un todo, puede de hecho ser solidaria para resolver fallas, tanto del mercado como del Estado. La aplicación del principio de igualdad de oportunidades, implicando transferencias fiscales, y una organización privada solidaria, muestran la verdad de lo expresado.

"Desarrollo desde abajo" significa proveer oportunidades para los pobres en lo atinente a la tierra, el crédito, vivienda, educación, salud y seguridad social, en un entorno macroeconómico de estabilidad externa y sustentabilidad fiscal. Las pequeñas y medianas empresas, cercanas y aliadas del nuevo proceso, y por supuesto las grandes empresas, aun cuando pertenecen a las oligarquías tradicionales, se beneficiarán de este proceso de "trickle-up", por el aumento en la demanda de sus productos, y por la formación del capital humano de sus trabajadores. La Solidaridad, es pues, el camino que Venezuela ha escogido para llevar adelante un programa de oportunidades para los pobres desde el gobierno, pero comprendiendo que la sociedad misma puede ejercer tal poder al objeto de resolver los problemas económicos y sociales, y ha optado por la promoción de cooperativas entre los pobres, suministrando créditos, tierra, apoyo técnico, educación, salud, vivienda y seguridad social.

En lo atinente a las políticas macroeconómicas, algunos errores han sido cometidos, signados por la confrontación política contra una red de privilegiados del pasado que se niegan a comprender el drama social de la gran mayoría de la población. Después del intento de golpe del 2002, un diseño de política macroeconómica estándar fue implementado al objeto de establecer un buen ambiente para las políticas sociales de inclusión. Se diseñó un programa fiscal de sustentabilidad y control de la volatilidad, orientado a manejar la coyuntura de alta concentración interna y externa de capital y pago de intereses. Se diseñó un fondo de estabilización al objeto de enfrentar la alta volatilidad del ingreso petrolero; un moderno sistema tributario fue diseñado para resolver la carencia estructural de ingresos no-petroleros (que apenas alcanza a un 10% del PTB - mientras que la cifra correspondiente es del 23% para América Latina y del 33% para USA); con respecto a la tasa de cambio, se implementó un sistema flexible de bandas en torno a un promedio móvil que tenía en cuenta las fuerzas del mercado, pero que controlaba movimientos bruscos desde y hacia la economía interna. Por la primera vez en 35 años, la tasa de cambio comenzó a estabilizarse de manera endógena. Infortunadamente, un paro general de la producción y de la industria petrolera fue activado al fin de ese año (2002) por la oligarquía anteriormente privilegiada, que controlaba la industria petrolera estatal y, la totalidad del programa, que estaba tan sólo en su comienzo (el fondo de estabilización y el nuevo sistema tributario estaban siendo propuestos, y el régimen de tasas de cambio acababa de ser instalado con gran éxito), fué interrumpido. En consecuencia, un sistema de control de cambios tuvo que ser establecido y, el programa de estabilización fue prácticamente abandonado (el ministro a cargo del programa fue cesado).

Es nuestra esperanza que un programa de sustentabilidad fiscal sea recomenzado. Entiendo que el régimen de control de cambio va a ser flexibilizado y, es posible que el exitoso anterior régimen flexible será robustecido - al objeto de controlar los impactos políticos bruscos - con una tasa Tobin arriba y debajo de las bandas. (Le propuse esta al gobierno, pero no sé si vaya a ser implementado, pese a que la discusión sobre como salir de esta situación inconveniente será, cada vez más, forzado por la realidad de los hechos).

Con respecto al diseño institucional, Venezuela está optando por un substancial mejoramiento de la administración pública con una alternativa política radical. Lo que establece la diferencia en la nueva Constitución venezolana es la /democracia participativa, / que significa que la gente se autogobierna, al menos, a nivel local. Simplemente expresado, es como si el dueño, el soberano, decidiera no contratar ya más a gerentes para que le administren su propiedad, como sucede en la democracia representativa, sino que quiere administrarla él mismo. Puesto que, políticamente, cada ciudadano tiene exactamente el mismo poder, entonces, el administrar directamente el gobierno significa tener una cooperativa de propietarios administrando lo suyo, pero el esfuerzo de poner esto en práctica es bastante complejo.

Hay un sentido mucho más profundo en el que un "camino solidario" ha comenzado en Venezuela. La solidaridad es ejercida, por definición, por el pueblo mismo. Es algo que proviene de los sentimientos de la gente. Un gobierno puede reflejar esto por medio de su política económica y social, puesto que tal gobierno representa a un pueblo solidario, igual que en una democracia convencional. Todos conocemos las ventajas de la descentralización. Si la gente misma diseña políticas de gobierno en una democracia realmente descentralizada, esas políticas, necesariamente, reflejarán directamente las preferencias de un pueblo solidario. Tal no ha sido el caso en nuestro tipo de democracia en el pasado, debido no sólo a las dificultades de los intermediarios en la democracia representativa, sino también a que los candidatos eran entonces impuestos por los medios de comunicación masiva y no representaban al pueblo, sino a los más poderosos grupos de interés. En un verdadero proceso de descentralización, la sociedad tiene también un impacto directo en la gerencia y ejerce control social. (Durante nuestra estadía en el gobierno diseñamos una herramienta, para usar vía Internet, que permite que no sólo el Presidente supervise el plan de gobierno y su implementación, sino que también lo haga el ciudadano común; esa herramienta está siendo adoptada por la ciudadanía). Gobernar significa, además del diseño de políticas, gerenciar proyectos públicos comunitarios, controlar gastos y evaluar todo el proceso. Tal proceso sólo está comenzando en nuestro país. En la realidad, la corrupción es rampante en Venezuela hoy, dado que las instituciones aún no han cambiado. Pero la enorme energía que la población posee está siendo organizada en una red de grupos llamada Conexión Social, que está cobrando forma y vida, no sólo para gobernar a nivel local, sino también para imbricar al poder local directo con los niveles regional y nacional, mediante congresos de delegados comunales: una suerte de senado, con características territoriales, pero con mucha mayor representatividad que un senado convencional y, con poder ejecutivo, que comparte con el poder ejecutivo regional y nacional.

Esto es una gran esperanza para Venezuela y, quien no entienda lo que está aconteciendo, no podrá comprender lo que va a suceder durante los próximos 10-20 años en nuestro país. Una alta eficiencia ha sido puesta ya de relieve en el entorno de las "misiones": la participación activa del pueblo demostró que sumas muy modestas de dinero son necesarias para producir un importante impacto social. En este proceso, la burocracia disminuye, y los gastos realmente bajan, haciendo el modelo sostenible, entre otras buenas cosas.

Estoy realmente optimista.




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