Carta a Orlando Urdaneta

Mario Silva García

msilvaga@yahoo.com

Sr. Orlando Urdaneta
Presente.-

Ayer, mientras hacía un repaso por todos los noticieros de las diferentes televisoras, coincidí con el inicio de su programa "Titulares de Mañana". Como usted se disponía a lidiar con su carrera actoral, pretendiendo hacer un editorial, quise dejar a un lado mi animadversión hacia usted y me propuse a tratar de escucharlo objetivamente. ¡Craso error, Orlando! Comienza usted, con los ojos y la nariz enrojecida (no quiero tener malos pensamientos, supongo que por la emoción que le embargaba), hablando del cumpleaños de su hija y un breve lapso de reflexión ante la tierna mirada infantil. Pensó usted, Orlando, en los generales Baduel, García Carneiro, García Montoya y otros, quienes también celebran los cumpleaños de sus hijos. Habló usted, Orlando, de la moral y el honor militar que deberían revisar al verse reflejados en los ojos de sus hijos. Trato usted, Orlando, de emitir un llamado a la conciencia de generales que pudieran estar condenados de por vida a la desgracia de defender a este país. Trato usted, y vea que esto demuestra una soledad infame en quienes desean un golpe de estado, de chantajear emocionalmente a ese sector militar que fue ultrajado el pasado 11 de Abril. Pero olvida usted, Orlando, que desnudó ante los televidentes, las razones que le alejan a usted y al sector que usted representa de eso que llamamos soberano. ¿No se ha preguntado usted, Orlando, que las familias que habitan esos ranchos que rodean su ilustre ciudad también tienen el derecho a cantarle un feliz cumpleaños a sus hijos y que también tienen el derecho de "subir" tenuemente la luz del cuarto para no despertarlos y sentirse orgullosos de tener un país libre? No solo son los generales, Orlando, los que deberían tener un ingreso que les preserve a su familia. También es ese pueblo del que usted se burla al hacer un llamado al golpe militar, quienes merecen seguridad económica, ! salud y educación. Sin embargo, en medio de ese editorial lastimoso, sugirió la condena de aquellos militares que no atiendan el llamado fascista de tumbar a un gobierno legítimamente electo. Le advierte de la "vergüenza" de recibir cacerolazos, cada vez que quieran entrar en un restaurante del este, como si fuera vital recibir la aprobación de la clase pudiente de este país a expensas del hambre del pueblo. Le advierte de la "vergüenza" que sufrirán sus hijos cuando sean "despreciados" por sus compañeros de aula, como si fuera vital asistir a los colegios más caros y más renombrados de la ciudad. Le advierte usted, cuestión más grave aún, su posible situación económica futura de verse realizado un golpe de estado. cuestión que refleja la danza de millones que han venido sosteniendo a los militares instalado en la Plaza Altamira; millones que han enajenado el valor de una carrera militar a profesionales que son comprados para fines fascistas.

Hay cuestiones, Orlando, que critico abiertamente. Una de ellas es, que no se utilizó la fuerza de un pueblo el día 13 de Abril para desenmascarar de una vez a gente como usted. Como buena mascota cobarde, usted se instaló en las oficinas del General Lucas Rincón bajo la protección de su primo, el pseudomarino Comisso Urdaneta. Hizo de bufón ante los traidores fascistas del 11 de Abril. Pero, la cuentas no salieron bien y el dos más dos se convirtió en millones de personas que esgrimieron esa constitución que usted viola hoy abierta y descaradamente, escudándose en ella y en una supuesta libertad de prensa que está al servicio del fascismo. Ayer, más que lástima, dio usted vergüenza y si algo tengo que agradecerle, es que su actuación refuerza mi convicción de ser un venezolano libre. Hugo Chávez Frías ha destapado esos mitos intelectuales liberales que se han convertido en payasos de un circo de gorilas sin dientes. No ve usted más allá de un simple billete de dólar y no sabe cuan alejado está de esas clases populares que una vez le aplaudieron. Todavía está fresca en mi memoria, aquella entrevista que usted trato de hacerle al actor Ricardo Montalban (¿En Hollywood?) y fue menospreciado al echarlo a un lado por no saber quien era usted. Un simple latino más en medio de las estrellas rutilantes. Vea que ironía. Aquí, reconocido actor de telenovelas y películas medio izquierdistas y acompañante de los conversos Graterolacho y Zapata. Allá, en el norte, nadie; solo un latino más. Aplica usted, Orlando, ese mismo desprecio por su pueblo. Asume, por que todos los fascistas activos lo asumen, que los generales se encargarán de lidiar con el lumpen para regresarlos a sus cerros. Pero, olvida que ese ejercito está preñado de pueblo y no quiere suicidarse por gente como usted.

¿Sabe usted, Orlando, por que su editorial "lacrimógeno" sin lágrimas, no surte efecto? Por que, la moral de Baduel, de García Carneiro, de García Montoya y de la Fuerza Armada, no es la misma de aquellos que están en la Plaza Altamira con los bolsillos repletos. Por que la moral no tiene precio. Por que la moral que usted esgrime con la nariz roja y los ojos vidriosos, no es la misma que acompaña a la inmensa mayoría de este pueblo. Existe un desfase total entre su moral y la de este pueblo. Es una lástima que usted pase a la historia por bufón fascista y no por hombre serio. Eso debería preocuparle, Orlando. Por sus hijos, debería preocuparle. Ellos, a quienes le seguirá cantando un cumpleaños, crecen y verán la historia de otra manera. Esta noche, tal y como le aconsejó a nuestros generales, "tenuemente" suba la luz para no molestar a sus hijos y retrátese con ellos dentro de veinte años. Véase nuevamente con la nariz roja y los ojos vidriosos, tratando de explicarles por que nació siendo niño y se convirtió en gorila. No siga insultando con su estupidez a nuestro pueblo.