El rotundo fracaso de un paro fascista

Antonio Guillermo García Danglades

A los valientes trabajadores que con dignidad

enfrentaron a las brigadas fascistas de la oposición.

El fracaso del llamado "paro activo" ha sido tan rotundo, que la oposición ha tenido que implorar la intervención extranjera (Unión Radio, 4 de Diciembre de 2002) para lograr una salida honrosa que contrarreste el enorme desprestigio que se han ganado entre sus propios simpatizantes y la comunidad internacional producto de las torpezas y radicalismo de sus lideres, así como de las acciones violentas y antidemocráticas de sus brigadas fascistas.

Las profundas divergencias en el seno de la oposición decretaron el fracaso del paro incluso antes de su convocatoria. Independientemente de la simpatía política, la sociedad civil le exigió a gobierno y oposición que encontraran una salida a la crisis política en el marco de la constitución y de manera pacifica. Sin embargo, la ultraderecha radical de la oposición desestimo la iniciativa de Gaviria (Unión Radio, 1 de Diciembre de 2002) y sometió una vez mas a su ala moderada para imponer el paro insurreccional que supuestamente derrocaría al presidente democráticamente electo, Hugo Chávez. En este contexto, el paro solo podía ser acatado voluntariamente por los furibundos antichavistas de Baruta, Chacao y El Hatillo, (Últimas Noticias - edición silenciada - 3 de Diciembre de 2002) y a la fuerza, por medio del chantaje de las mafias sindicaleras y las patotas fascistas de Los Ruices, Palos Grandes y El Marqués, (Tal Cual, 4 de Diciembre de 2002) por lo que la oposición no pudo lograr sus objetivos de suspender la necesaria intervención de la PM, eliminar la presencia de la GN en las calles para resguardar el orden institucional ante las claras amenazas golpistas, y mucho menos que el gobierno aceptara un referéndum consultivo pero vinculante.

Tras el estrepitoso fracaso del paro, la desesperación e intransigencia atrapó a los radicales en el síndrome de la "Plaza Francia", y no han logrado encontrar la forma de suspenderlo sin menoscabar su carcomida reputación. No obstante, los moderados intentan abrir espacios para el entendimiento antes de ser también fulminados por el rechazo contundente de la sociedad venezolana. En este sentido, el dirigente de oposición, Américo Martín, intentaba infructuosamente de sopesar las torpezas de los radicales argumentado que para la "tercera jornada" del paro los objetivos ya se habían cumplido (El Mundo, 4 de Diciembre de 2002), por lo que habría que retomar el dialogo cuanto antes. Por su parte, Timoteo Zambrano de AD, le pedía cordialmente al gobierno que regresara a la mesa de dialogo (Unión Radio, 4 de Diciembre de 2002) y así poder crear una fachada que escondiera el rotundo fracaso de un paro ciertamente fascista.

Los venezolanos tuvimos la oportunidad de volver a ver la dentadura fascista de los grupos reaccionarios de la oposición, que en sus fueros por intentar derrocar al presidente y siguiendo las ordenes claras y precisas de Carlos Ortega, violentaron la integridad física y emocional de los ciudadanos que deseaban trabajar o adquirir bienes y servicios, incluso, de quienes simpatizaban con su propia causa.

A punta de cacerolazos obligaron a cerrar negocios en Altamira. Salieron de la plaza Francia para protestar frente a los comercios que estaban abiertos (LP/CC) Caracas. Grupos radicales de la oposición obligaron, a punta de cacerolazos y pitazos, a cerrar los comercios abiertos en Altamira y Los Palos Grandes. Los grupos partieron de la plaza Francia para recorrer la zona y apostarse a las puertas de las tiendas hasta que bajasen la santamaría. La Ferretería Las Lomitas, frente al Centro Plaza, fue uno de los locales afectados. Amarilis Ruisánchez, dueña del local, relató que un grupo de personas con insultos pretendió obligarla a cerrar la ferretería. Eso no es democracia, yo respeto a quien se pare, pero yo tengo derecho a trabajar. Yo no soy títere ni del Gobierno ni de la oposición. Nadie va a cubrir mis gastos, dijo Ruisánchez aseveró que el país está divido en tres grupos, los bandos radicales que adversan y defienden al Gobierno, y aquellos que rechazan a ambos y desean un país digno. Con un afiche que reza Somos comerciantes y no somos ni escuálidos ni chavistas rebieron a los manifestantes en la fuente de soda El Naturista, en Altamira. Las cacerolas no lograron bajar la santamaría. La escena se repitió en la ferretería El Martillo y en el restaurant Victoria Plaza, en Los Palos Grandes. Ante la insistencia de los vecinos, los dueños cerraron. (Últimas Noticias - edición silenciada - 3 de Diciembre de 2002)

Cerrando pero a juro. (Solbella Pérez Rodríguez) Los vecinos de Los Ruices obligaron a los comerciantes a bajar la santamarías de sus tiendas. Los dueños fueron insultados y tildados de chavistas. Orlando Rodríguez estaba haciendo unas compritas "nerviosas" en la panadería El Gran Muro cuando una turba bajó violentamente la santamaría. Quedó encerrado y asustado, porque los manifestantes que exigieron el cierre del comercio gritaban improperios, además de calificar de "chavistas" a los dueños por no acatar el paro. Indignado, Rodríguez gritaba "dictadores" a los simpatizantes de la oposición que se dedicaron a cerrar los 10 comercios abiertos en la torre Irene, ubicada en Los Ruices (en la avenida Francisco de Miranda, justo al frente de la estación del Metro). "Soy antichavista, pero eso no me impide denunciar que aquí existen bandidos obligando a los comerciantes a cerrar sus puertas; que se comportan igual que los círculos que obligan a los comerciantes a subir sus santamarías en el centro", decía Rodríguez. Satisfechos por haber cerrado El Gran Muro el grupo de manifestantes, la mayoría vecinos del conjunto Irene, se dirigieron a la tienda de artesanía El Marco de Hoy. El dueño se negaba a trancar y se ubicó justo debajo de la reja para evitar que la cerraran, pero los manifestantes se impusieron y bajaron la verja, la cual impactó en la cabeza del comerciante para caer en el piso. En el ínterin una señora, con su hijita de tres años, quedó atrapada en el comercio. Luego de que la masa -de 100 personas aproximadamente- se retiró, el señor del comercio volvió a subir la reja para permitir la salida de la mujer con su hija. Una doña se percató del hecho y empezó a gritar ¡vengan, vengan, este señor volvió a abrir". Eso causó la rabia de los presentes, porque consideraban que la señora "era una talibana". José Gómez, encargado del establecimiento Jojoto's Deli, también cerró, pero no por la presión de los manifestantes, sino por miedo. De hecho, este fue uno de los comercios que no acató el paro el día lunes, pero Gómez decía nervioso: "No. No. No abrí ayer. Yo acaté el paro". Cuando se disipó la multitud, reconoció que no se sumó al paro, pero no por ser "chavista", sino porque "hay que trabajar para costear los gastos". Luego de cumplir con su cometido los manifestantes se dirigieron a la avenida principal de Los Ruices, para continuar cerrando comercios abruptamente. Gritaban toda clase de improperios contra los comerciantes, que no tenían más remedio que cerrar sus puertas. Ninguno de los "manifestantes" asumió la responsabilidad de esos hechos, todos decían que "todos los vecinos bajaron espontáneamente a pedir que se respetara el paro convocado por la CTV". Jóvenes y señoras mayores caceroleaban, mientras los hombres del grupo hacían el trabajo físico. En ningún caso permitieron que hubiese algún comercio desacatando el paro. Cuando llegaron a la altura del VTV (canal del Estado), los efectivos de la Guardia Nacional los reprimieron lanzando bombas lacrimógenas. Trataron de resistir, pero en minutos se dispersaron. Hechos similares ocurrieron en los Palos Grandes y El Marqués. (Tal Cual, 4 de Diciembre de 2002)

Brigadas de Fedecámaras y CTV cerraron comercios (Maira C. Perozo) En horas de la tarde un grupo de representantes de la Coordinadora Democrática visitó diversos comercios ubicados en la calle 72, para conminar a sus propietarios a cerrar sus establecimientos, bajo la amenaza de regresar y romper las vidrieras. El vigilante de la Ritz 72, comentó que las personas visitaron también otros negocios y argumentaron la misma amenaza, por lo cual tuvieron que bajar sus santamarias. Una ola de rumores se desató en la ciudad y en el centro hubo actos de intimidación ante los gritos recurrentes de "saqueo" que generaron pánico en los cientos de clientes que se encontraban haciendo sus habituales compras. (Panorama, 4 de Diciembre de 2002)

Inexplicablemente, los organismos que defienden los derechos humanos en el país hicieron mutis total. Liliana Ortega de Cofavic, por ejemplo, prefirió denunciar el atropello de la Guardia Nacional (Globovision, 4 de Diciembre de 2002), aun cuando el propio Gaviria había manifestado "que el Gobierno tenía la potestad y la obligación de intervenir y restablecer el orden si los huelguistas se salían del marco legal vigente" (Unión Radio, 1 de Diciembre de 2002), y de manera bochornosa omitió los asesinatos cometidos por la PM durante las recientes manifestaciones en el centro de Caracas, y tampoco se refirió a quienes sufrieron el embate de las brigadas fascistas de la oposición que actuaron impunemente frente a su propia cara.

11:50 am. En Los Ruices, existe una manifestación de aproximadamente 500 personas, que han decidido cacerolear a todos los comercios de la zona que estén abiertos. La panadería Wilson cerró inmediatamente ante la manifestación. Un grupo de los manifestantes, cerca de 50 personas, permanecen frente a las puertas del canal 8 con cacerolas permanentes. La Guardia Nacional custodia sólo las instalaciones de TV. La gente se muestra agresiva. Frente a la lunchería Coffy Shop los mismos manifestantes cerraron la santamaría y mantienen secuestrados a los empleados. No los dejan salir. 12:16 pm. La Policía de Sucre logró evacuar la lunchería que fue cerrada a la fuerza en Los Ruices. Los manifestantes, que son cerca de 700, se dirigieron a las instalaciones de Venezolana de Televisión. Ahora se dirigen a la plaza de la Meritocracia. (El Universal, 3 de Diciembre de 2002)

10:56 am. En el Estado Aragua está previsto que, además de una concentración en la avenida Las Delicias, la Coordinadora Democrática cerrará los peajes de Tapa Tapa y Palo Negro. Por otra parte, los negocios permanecen abiertos en su mayoría y las estaciones de gasolina han sido surtidas de combustible sin irregularidades. 10:22 am. En la avenida Francisco de Miranda, el grupo Alianza Bravo Pueblo se encuentra armado con palos, intentando amedrentar a los pasajeros de transporte público, quienes se dirigen hacia el oeste, y buscan bajarlos de las camionetas. Unas vecinas lograron detener a los más violentos, quienes intentaban pinchar los cauchos. Un manifestante de la oposición, arropado con una bandera, intenó además agredir a la reportera de El Universal, Morelia Morillo, porque no quería testigos de lo acontecido. (El Universal, 4 de Diciembre de 2002)

El ex ministro de la Secretaría Rafael Vargas explicó desde la sede de la Vicepresidencia denunció que en algunos locales comerciales de Las Mercedes han sido lanzadas bombas lacrimógenas "para que la gente desdocupe", acciones que, a su juicio, demuestran "el estado de desesperación en que se encuentra la oposición golpista". Globovisión/EFR, 3 de Diciembre de 2002

Asimismo los medios de comunicación corporativos volvieron a silenciarse durante los primeros días del paro (El Mundo, 3 de Diciembre de 2002), y los que intentaron informar de manera "oportuna, veraz e imparcial, sin censura" como lo establece la Constitución Nacional en su artículo 58, fueron sometidos por las mafias sindicalistas al servicio de su patrón Fedecámaras. (Últimas Noticias - edición silenciada - 3 de Diciembre de 2002) El silencio expreso de los medios fue tan evidente y grosero como su propia reaparición. De manera burda y banal, la campaña mediática se afianzo en desprestigiar a los simpatizantes del gobierno y alabar el "civismo" de los patoteros antichavistas, calificando el atropello y la violencia contra los trabajadores que decidieron abrir sus negocios como una expresión de la "presión social" (El Universal, 3 de Diciembre de 2002) al tiempo que aseguraba con una total falta de ética y vergüenza que el gran cacerolazo en apoyo al paro y en contra del gobierno había sido acatado en "todo el territorio nacional" por la "sociedad civil venezolana." (Unión Radio, 3 de Diciembre de 2002)

Estos elementos constituyen una prueba fehaciente de como la oposición y los medios de comunicación excluyen, marginan y segregan sistemáticamente a la población de acuerdo a la condición social, apariencia física y orientación política, aun cuando una buena parte de ella eligió con mas del 60% de los votos al actual presidente y se lanzó a las calles masivamente como nunca se ha registrado en los anales de la historia nacional para demandar su retorno tras el cruento golpe de Estado el pasado 11 de abril. Esta nueva versión de APARTHEID concuerda con la advertencia que realiza el brillante filósofo italiano Umberto Eco en su "Fascismo Eterno" sobre el "culto de la acción por la acción (actuar antes de y sin reflexión alguna), que no es más que el desacuerdo que signa la diversidad y que explota el consenso exacerbado del miedo a la diferencia; que hurga en lo individual o social el llamamiento a las clases frustradas, dando origen al nacionalismo, o dando origen a la identidad como obsesión, lo que permite el complot que a su vez es apelar a la xenofobia, donde no hay lucha para la vida, sino vida para la lucha, porque la vida es una guerra permanente, donde el elitismo (ideología reaccionaria) implica el desprecio por los débiles... (Martínez Cano, 1997)

Afortunadamente, el pueblo de Venezuela ha concientizado su realidad política, condena el paro fascista y reconoce que la salida a la crisis política es solo posible mediante la implementación de instrumentos constitucionales, democráticos y pacíficos.

Antonio Guillermo García Danglades