Chávez: "La oligarquía intenta un golpe mediático en Venezuela"

Eleonora Gosman

BRASILIA. ENVIADA ESPECIAL. Clarín. Argentina

NUEVO GOBIERNO EN BRASIL: ENTREVISTA EXCLUSIVA AL PRESIDENTE VENEZOLANO

El presidente venezolano dijo a Clarín que eso explica el notorio compromiso antichavista de la prensa de su país. Pero negó que se prepare una asonada militar clásica. "Me maldicen porque no soy un traidor."

Fue uno de los presidentes más perseguidos por la prensa. Pero al venezolano Hugo Chávez, Clarín lo encontró de madrugada, pasadas las 3, dispuesto a hablar. Fue en el hotel Naoum Plaza, cuando terminaba una larga entrevista con el líder cubano Fidel Castro.

Los custodios chavistas, muertos de cansancio, intentaron impedir el acercamiento con la clásica barrera. Pero el líder venezolano sintió que era un momento propicio para transmitir sus ansiedades y certezas a la prensa internacional.

En la entrevista, a las preguntas precisas, el jefe de Estado respondió con frases cortas y pensadas, sin perder su amabilidad. "Me maldicen porque no soy un traidor que me entrego a las elites venezolanas", dijo al buscar una explicación frente a la virulencia opositora. "El conflicto petrolero no sólo afecta a Venezuela y Cuba. También a EE.UU.", juzgó y en plano de confidencias, evaluó que el gobierno norteamericano da señales de un cambio de posiciones. Según Chávez rechazarían "esas variantes golpistas".

En una conferencia de prensa realizada horas después en la embajada venezolana, Clarín le preguntó : "¿Usted cree que es Chávez o un baño de sangre?". La respuesta fue: "El dilema se lo planteo de otro modo: o es una revolución pacífica o es una revolución violenta". Luego, para atenuar el efecto de sus palabras, comentó: "A mí nadie me va enseñar a usar armas, pero opto por la vía pacífica".

¿A qué adjudica el odio que le tiene la oposición venezolana?

La oposición venezolana es loca, irracional y sin liderazgo político. Es una oposición desnacionalizada, fascista. Perdieron el alma. Claro que no todos están en esa tónica. Hay sectores democráticos, aun cuando estén minimizados. La campaña mediática demuestra que los medios de comunicación se han convertido en centros de conspiración.

¿Pero por qué los medios de comunicación venezolanos participan del movimiento opositor?

Hay una serie de razones históricas: las grandes televisoras privadas y los grandes diarios están en manos de empresarios, con mucho dinero, que se acostumbraron a nombrar presidentes. En el marco de la democracia falsa que hubo en el país hasta 1998, era imprescindible el apoyo mediático para que un presidente llegara al Palacio. Conmigo eso no funcionó. Yo gané contra ellos. Me hicieron una campaña salvaje desde 1992. Si me veían con Fidel, era comunista. Si iba al Cono Sur, era para verme con los "carapintada" y entonces era "carapintada". Incluso, algunos dirigentes llegaron a decir: "Vamos a domar al bicho". Pero este "bicho" tiene un compromiso moral con el pueblo. Un obispo católico, el día de mi prisión, me dijo: ¿Cómo se siente Chávez? Le respondí: me siento muy bien espiritualmente. Estoy preso aquí porque no traicioné. De haberme entregado a los brazos de las elites venezolanas, hoy sería alabado por ellos. Me maldicen porque no soy traidor.

¿Cree que un golpe en Venezuela puede representar un peligro para otros países latinoamericanos con importantes crisis políticas y sociales?

Lo que ocurre en mi país hay que mirarlo con cuidado porque el fenómeno puede ampliarse a otros países del área. Pero no se trata del golpe militar clásico. No habrá ese tipo de golpe en Venezuela: se trata de un golpe de las oligarquías.

¿Habló de esto en Brasilia con otros presidentes latinoamericanos?

Claro que sí. Hablé de esto con Duhalde, con Ricardo Lagos y con Jorge Batlle. Todos estaban muy interesados en conocer nuestra versión de los hechos. También me expresaron preocupación, porque no se puede permitir que en nuestros países, por más fuerte que se sienta la oposición, ponga un presidente contra la pared. Está el plebiscito revocatorio del próximo 19 de agosto. La oposición tiene que juntar apenas dos millones de firmas para conseguirlo. ¿Por qué no pueden esperar apenas 7 meses para esa consulta popular capaz de revocar el mandato presidencial? No, ellos bloquean carreteras, usan el terrorismo económico, cierran sus empresas y trancan las empresas públicas. ¿Para qué? Para obligarme a renunciar.

Usted dice que no es un golpe militar, pero en su país hay militares a favor de la oposición...

Claro, buscan a los militares para utilizarlos. Pero en Venezuela, la oposición jugó su carta militar y fracasó. Ahora ya no tienen carta militar.

¿Pero no hay acaso un sector de los militares que apoya a la oposición?

Es imposible que logren un golpe de Estado por la vía militar. En Venezuela hay 80 generales y almirantes que fueron apoyados por los sectores económicos y por los medios de comunicación. Y sin embargo, en el golpe de abril no pudieron consolidar un gobierno. En menos de 48 horas, fueron barridos. Por eso, en el caso venezolano no se trata de un golpe militar clásico sino de un golpe mediático.

No es fácil imaginar que los medios de prensa puedan, por sí mismos, derrumbar a un presidente.

Depende. Un medio de comunicación unido a las oligarquías económicas, a los banqueros, a algunos sectores petroleros, pueden tratar de dar un golpe. Lo que están haciendo ahora en Venezuela, con militares que no tienen mando de tropa, es generar un caos que fuerce la renuncia de un presidente. La otra es chantajear al Tribunal Supremo para que abra un juicio al presidente porque no es blanco y con ojos verdes. Es un golpe que utiliza otros mecanismos que no son los militares.

Si no tienen armas, ¿por qué no los derrota?

A esos sectores hay que derrotarlos con las armas que da la Constitución. Acaba de salir un artículo en The New York Times donde se afirma que en Venezuela los medios de comunicación se han convertido en partidos políticos. En el Foro Mundial Social que se hará este mes en Porto Alegre, hay en preparación un seminario para abordar la problemática de los medios de comunicación venezolanos. Para los periodistas sanos, lo que está ocurriendo en Venezuela es una vergüenza. Es una inversión de los valores.

¿Cómo afecta el conflicto petrolero?

No afecta sólo a Venezuela o Cuba. Afecta también a Estados Unidos. Por ejemplo, me pregunto a quién le estará comprando petróleo Haití. ¿A quién le comprarán Guyana y otros países centroamericanos?

Esta cuestión del petróleo, ¿podría llevar a EE.UU. a rechazar más activamente a la oposición venezolana?

Creo que sí, porque de lo contrario estarán poniendo en peligro el principal abastecedor de combustible y energía que tienen desde hace un siglo, desde 1892.