Reflexión

Anónimo

Escribo para las personas de la oposición con sentido ético y mente equilibrada. No quiero convencerlos de la bondad del modelo de sociedad que nos presenta la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, para la construcción del cual nos estamos esforzando día a día y paso a paso un gran número de venezolanos. En efecto, no quiero convencerlos con palabras, estoy segura que si abren su mente, son personas honestas y justas, el tiempo y los resultados las convencerán.

Lo que quiero hoy es dialogar con ellos y hacerles algunas preguntas:

¿Creen ustedes realmente que todo lo que dicen los medios de comunicación privados es verdad?¿Les parece normal que cualquier noticia referente a obras del gobierno o a los bolivarianos sea silenciada o comentada de manera negativa y cualquier cosa que digan los opositores sea alabada? ¿Cuándo llegan a su casa y miran a sus hijos a los ojos, pueden realmente con sinceridad decirles que este presidente es un dictador y un tirano? ¿De verdad, verdad lo creen?

¿Creen ustedes que chavistas y bolivarianos, llámense Tupamaros, Carapaicas, o como quieran llamarlos, en la madrugada del día de una manifestación de la oposición, le dispararon a efectivos de la guardia nacional mientras colocaban puestos de seguridad para defender el gobierno que ellos apoyan? No les entra aunque sea una pequeña duda de lo absurdo de esta acción. ¿Será que ustedes piensan que estos grupos chavistas además de ser patas en el suelo, turbas, son también locos y tratan de destruir el mismo gobierno por el que votan y aclaman?

¿No dudan ustedes, no les parece al menos raro que las turbas bolivarianas, violentas, armadas, etc. siempre terminan por matar a los mismos bolivarianos? Será que piensan que los bolivarianos son masoquistas además de todos los demás defectos y vicios que ustedes les atribuyen.

Cuando los medios anuncian, apenas se produce el luctuoso suceso, que el hombre muerto en la manifestación de Catia, (otra rareza fue asesinado a cuatro cuadras de distancia) era un dirigente adeco y después, debido a que la familia declara públicamente que era un luchador social que apoyaba el proceso de cambio, están obligados a cambiar la versión ¿No les entra el gusanillo de la duda sobre la veracidad de estos medios? Cuando se ven videos de manifestantes de la oposición en Catia con armas de fuego, ¿esto no les hace repensar su visión de que los que agreden y son violentos son siempre los bolivarianos?

Sobre todo me parece importante preguntárselo a profesores universitarios, a estudiantes, a gente pensante y con cierta cultura. No puedo entender cómo, si esta es una dictadura, ustedes, los opositores, pueden marchar a cada momento, cerrar calles, voltear gandolas de leche, sacar de manera violenta al dueño de un negocio de su tienda porque no acató el paro, pincharle los cauchos y romperle los vidrios a gandolas de gasolina, cacerolear a cualquier persona que consideren chavista en su propia casa, en un avión, en un aula de clase, decir por los medios los peores insultos contra personeros del gobierno y muchas cosas más que sería muy largo enumerar y que, estoy segura, ustedes por más que quieran no pueden ignorar.

¿Creen de verdad que en cualquier dictadura eso se puede hacer impunemente con "gente afecta al régimen", como ustedes dicen, sin desaparecer o aparecer muerto en una esquina? Sin ir más lejos, creen que hubieran podido hacer algo similar en los gobiernos "democráticos" anteriores. Me gustaría saber si con la frente en alto, frente a sus hijos, frente a su madre y frente a Dios están dispuestos a negar que en este país hubo miles de muertos, torturados y desaparecidos por oponerse a los gobiernos anteriores. Me basta sólo recordar la masacre posterior al 27 y 28 de febrero de 1989. ¿Dónde estaban ustedes entonces? Yo vivía aquí y no recuerdo que hayan marchado en contra del tirano de ese momento, ni que hayan trancado calles, tampoco demandaron al presidente, Carlos Andrés Pérez, por delito de lesa humanidad, no obstante, se hablaba en el país y en el extranjero de más de 3.000 muertos. No recuerdo haberlos visto salir protestando el toque de queda ni la suspensión de garantías. Tampoco recogieron dinero para ayudar los familiares de las víctimas de esos días terribles, ¿por qué?

Estoy segura que ustedes le enseñan a sus hijos a no mentir, entonces por qué permitirles a los medios mentir descaradamente y esconder la verdad de los hechos. La realidad no cambia aunque ustedes la ignoren y los medios privados la callen.

No me cabe duda que ustedes saben quiénes dispararon contra los muertos y heridos del 11 de abril, saben que los familiares de los difuntos y las víctimas sobrevivientes han dado testimonio público en el país y en el extranjero, mientras los medios privados trataron sin éxito de denigrarlos y ofenderlos, saben también a quién les conviene la violencia, los muertos y el caos, tampoco ignoran que fueron cientos de miles las personas que han marchado, en múltiples ocasiones, en apoyo al presidente.

No puedo igualmente creer que ustedes quieran tapar el sol con un dedo y decir que la gente de PDVSA que saboteó de manera inclemente la industria, sean inocentes. Nuevamente quiero repetirles que la verdad no cambia porque ustedes la ignoren, los daños hechos a los pozos, oleoductos, refinerías, computadoras, sistemas, etc. son cosas concretas, de las cuales hay fotos y pruebas. Les pregunto entonces ¿creen de verdad que eso pueda olvidarse y no castigarse? ¿Están dispuestos a cargar la culpa de complicidad frente a sus hijos, a sus amigos y al país? ¿Con la frente en alto y mirando un niño derecho a los ojos están ustedes dispuestos a decir que no hubo crimen contra la nación? Las diferencias de ideologías, de ideas políticas siempre las ha habido. Pero ¿da eso derecho a destruir un país? ¿Creen ustedes de verdad que los que perpetraron el golpe de abril y el sabotaje petrolero, si llegaran a gobernar respetarían la democracia y les permitirían críticas sin represión?. Se han puesto a pensar cómo sería un gobierno dirigido por esta gente.

También me pregunto, no les inquieta que los medios privados no hablen de los asesinatos de campesinos y dirigentes sociales en la zona del sur del lago, en Barinas, Portuguesa y en Cojedes. No piensan que un mañana cuando les convenga también podrán callar noticias que ustedes quisieran ver difundidas. ¿No les preocupa la autocensura que a cada momento se imponen esos medios privados? Les pregunto, ¿creen ustedes en el slogan "Con mis medios no te metas"?. Quiero decir, ¿creen que esos medios son verdaderamente de ustedes? Yo no recuerdo que en los gobiernos anteriores, los medios salieran a defender los profesores universitarios, los médicos, los profesionales y en general a cualquier trabajador que luchara por justas reivindicaciones. Al contrario, recuerdo cómo denigraban de los profesores, médicos y empleados públicos, cómo atacaban sus huelgas y paros, cómo clamaban para que no les pagaran salarios y sueldos a los huelguistas. ¿Puede alguien realmente confiar en quien como veleta cambia dirección según mandan sus propios intereses egoístas?

Termino con una cita de un discurso pronunciado el 21 de mayo por Robert C. Byrd, senador demócrata estadunidense:

"La verdad tiene formas de afirmarse pese a todos los intentos por oscurecerla. La distorsión sólo la oculta por un tiempo. Sean cuales fueren los extremos a los que lleguemos los humanos para ofuscar los hechos o engañar a nuestros semejantes, la verdad siempre encuentra con el tiempo la forma de escabullirse entre las grietas. El peligro, sin embargo, es que en algún momento ya no importe. El peligro es que se infiera el daño antes que la verdad se comprenda por completo. La realidad es que a veces es más fácil hacer caso omiso de hechos incómodos y transigir con cualquier distorsión que esté en boga. En estos días vemos mucho de esto en la política".

Concluyo con la esperanza de que este modesto escrito sirva para que alguna gente reflexione y podamos todos, en el respeto de las diferencias y con verdadera tolerancia, sin manifestaciones y actos fascistas, racistas y discriminatorios, seguir adelante en la profundización de la democracia.