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"Desde el Gobierno lamentablemente no se ha hecho nada por el poder popular"

A casi un año de su salida del Gabinete, el ex ministro de Planificación vuelve a las andadas con un evento para impulsar los Consejos Locales de Planificación . No entra en polémicas con Giordani, pero critica la poca voluntad para romper con las viejas estructuras. Compara la Misión Robinson y Barrio Adentro con la gestión que desarrolló Irene Sáez en Chacao.

Obtuvo su licenciatura en Economía en la Universidad Central de Venezuela en junio de 1982 y fue galardonado con el Premio Especial de Graduandos por ser el primero de su promoción. Cuatro años después ingresó al programa de la Fundación de Ciencia Económica de la Universidad de Colorado, del que egresó summa cum laude y otra vez primero de la clase con un diploma de reconocimiento. En 1989 culminó una maestría en la Universidad de Chicago y seis años después en la misma casa de estudios obtuvo un PHD.

Es especialista en teorías de equilibrio económico general y macroeconomía. También en teoría de juegos y teoremas financieros. Tiene una larga trayectoria en la administración pública y en la empresa privada. Ha ocupado cargos directivos en Cordiplan y el Cendes, también en empresas Polar. Y entre sus ocupaciones no vinculadas al cálculo figura su cargo como profesor de Teoría y Solfeo en la Casa Municipal de la Juventud entre 1976 y 1979. También fue director-fundador de la Coral de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales.

Actualmente se desempeña como profesor de Economía del Centro de Políticas Públicas del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) y desde su salida de la cartera de Planificación y Desarrollo en el primer trimestre de 2003 se ha convertido en promotor del Poder Popular Participativo y Protagónico y de los Consejos Locales de Planificación.

El ex ministro de Planificación luce más optimista que nunca. No quiere insistir en que no está de acuerdo con el control de cambio o perder tiempo en mencionar cuál medida económica milagrosa considera que debe tomar el Gobierno. Prefiere apostar por transformaciones sociales radicales que, advierte, tocarán las fibras del poder político y económico cuando se materialicen a gran escala. Admite que desde el Gobierno se ha hecho poco o nada para desarticular a la corrupción y para "empoderar al pueblo" como prevé la Carta Magna.

Pérez Martí también reconoce que existen muchos enemigos de los Consejos Locales de Planificación Pública, tanto en el oficialismo como en la oposición. Además afirma que el Poder Popular viene a darle piso a las misiones (Robinson, Rivas, Barrio Adentro), a las que no regatea elogios. Quien todavía se le recuerda en los círculos económicos por su teoría del "amor verdadero" asegura que el control social es un milagro, el remedio para la corrupción y que la solidaridad es un elemento al que la macroeconomía le da la espalda. Aunque le pueda sacar los pies del barro.

El gobierno no ha hecho mucho por impulsar el ascenso del poder popular...
-Por eso creemos que ya llegó la hora de impulsar esto, porque desde el Gobierno lamentablemente no se ha hecho nada por el poder popular, porque el Presidente ha estado encargado de muchas cosas.

¿El Poder Popular implicará o no contradicciones con la estructura de poder vigente?
-Sí, porque los alcaldes tradicionales no conocen las bondades de esto y no están acostumbrados a que los controlen. Quieren seguir con las mismas malas mañas y contratar ellos mismos las constructoras, y que éstas les paguen un dinero. Hay otra fuente de contradicción con las constructoras que están alrededor de las alcaldías y los corruptos del aparato del Estado. Como se sabe, este último está constituido por clientelismo, tribalismo o nepotismo. Luego hay una contradicción entre el aparato burocrático y este gobierno del pueblo que, fiscalizando, es super riguroso. Muchos alcaldes o gobernadores creerán que la gente va a llegar ahí a comerse la gallina de los huevos de oro, pero más bien lo que hará es administrar de manera natural y eficiente los insumos para el beneficio colectivo.

¿Cuál es la otra fuente de conflicto?
-Hay corruptelas tremendas en torno a la administración pública. Lo que tiene que ver con las comisiones y las compras del Estado. Eso no se ha tocado, porque no se ha modificado la estructura. Imagínate que con el otorgamiento de tierras ha habido matanza de campesinos, con sicarios y todo. Cuando el pueblo asuma el poder puede haber más muertos, más pugnas. Imagínate una constructora que estaba acostumbrada a hacer las obras de una localidad y el pueblo le diga que no, porque no le gusta el trabajo que ha hecho. En ese caso la constructora no va a poder ofrecer dinero a toda la comunidad, le saldría muy caro. Como eso va a afectar sus intereses, ya que ellos estaban acostumbrados a pagarle al alcalde y sus subalternos, van a empezar a atacar a la gente. Porque será un golpe a la raíz de la corrupción. La gente va a empezar a limpiar desde abajo y eso no va a gustar a los que tienen el poder, a los privilegiados por la corrupción. Pero esta es la única solución a ese problema. El Presidente solo no va a poder, por muy buenas intenciones que tenga, o por muy honestos que sean algunos ministros. Porque hasta ahora no se han tocado sus fibras. Institucionalmente se sigue trabajando igual.

¿El gobierno toma en cuenta la solidaridad? Pareciera que la solidaridad y la macroeconomía no se llevan...
-Un gobierno solidario se preocupa de los que están peor. El tema de la distribución de ingresos pretende crear igualdad de oportunidades. No se trata de comunismo ni socialismo. Esto es sencillamente justicia social y cosas que ayudan a la economía. Se ha dicho que si tienes un gobierno redistributivo entonces la economía no crece, y si tienes un gobierno que estimula al sector privado la economía crece y se genera empleo y salario. Eso no es así. Está demostrado que economías muy desiguales se estancan, en cambio economías igualitarias crecen mucho. Hay que redistribuir y crecer a la vez. Esa política es solidaria y no implica contradicción. Si un tipo viene de una clase pobre y no ha tenido oportunidades y no puede comer no es que sea un vago ni bruto, sino que no tuvo oportunidades. No se puede decir que los ricos son ricos porque trabajaron mucho y los pobres son pobres porque son irresponsables o ladrones. Quien niegue este planteamiento es un atrasado, un racista, un clasista. No sabe lo que es la nueva concepción económica. Lo que funciona es una política de crecimiento desde abajo.

Sin voluntad

Pérez es muy optimista cuando habla de la voluntad del Presidente para favorecer el ascenso del poder popular, pero confía muy poco en la ayuda que puedan prestar los subalternos del jefe de Estado e incluso los que conforman el partido de gobierno. Cree que el pueblo es lo suficientemente poderoso y la democracia lo bastante robusta como para sobreponerse a esta acción "contrarrevolucionaria".

¿Existe voluntad política para un cambio de esta naturaleza, sobre todo en la clase gobernante?
-No hay un pensamiento monolítico. El Presidente estaría dispuesto. Yo fui quien propuse (con apoyo del jefe de Estado) la Comisión Presidencial de los Consejos Locales de Planificación.

Sin embargo, cualquier ciudadano puede advertir que han pasado cinco, seis años y no se han hecho visibles cambios grandes y que la corrupción sigue...
-Cuando yo era ministro propuse que se creara esa Comisión y se nombró. Luego salí del Gobierno y lo abandonaron. Creo que el Presidente sí tiene voluntad política, pero abajo no tanto. Los partidos, los alcaldes, los dirigentes locales. Esta manera de hacer las cosas, de nombrar a los mandatarios a dedo...

Como pasó en Zulia. El candidato oficialista a la gobernación fue nombrado a control remoto, pese a que la base del MVR eligió a Segundo Chirinos...
-Sí, las comunidades deberían estar nombrando a sus candidatos... Ese caso se debe a otras circunstancias. Pero esa pregunta voy a tomarle otra arista ¿Estos cambios importan o no? Como están dadas las circunstancias eso no va a importar. Porque el pueblo está tomando en las manos este proceso, no sólo son testigos, sino instrumentos.

¿No habrá un problema de legitimidad si no hay un apoyo siquiera verbal o que el Gobierno los valide como una instancia de poder?
-Ellos no se pueden negar a eso, al menos no en público. Negarse sería contradecir la Constitución y contradecir el programa político revolucionario, la plataforma política. De modo que está prohibido decir eso. Con que no hablen contra uno, ya tendremos mucho. Incluso si hablan en contra, en ese extremo, las verdades triunfarán. Porque el pueblo siente eso como una necesidad tremenda. Ya basta de marchas, firmas. ¡Vamos a gobernar, ya! Esa es una necesidad histórica, se han levantado demasiadas expectativas, el Presidente lo ha dicho, incluso en el discurso de instalación de aquella Comisión que presidí... Afortunadamente estos cambios no van a depender de la clase dirigente. Si ellos apoyan mucho mejor, porque el pueblo se empoderaría más rápido. Y una vez que eso se logra al pueblo no lo para nadie.

¿Descarta totalmente que esto pueda ser torpedeado?
-Es imparable. Aunque va a haber gente que diga que uno está contra el "proceso", contra la democracia. Nos van a venir ataques de todos lados.

La primera suspicacia que puede suscitar el ascenso del poder popular es que puede entrar en contradicción con el poder central, regional y local ¿Cómo se puede articular el poder popular con las distintas instancias?
-Va a traer muchos conflictos, de varios tipos. Conflicto con la gente que no cree en el poder popular en los niveles locales. Diría que la grandísima mayoría de los alcaldes, sean de oposición o de gobierno, se han opuesto a que se conformen de manera adecuada los Consejos Locales de Planificación Pública, porque no están conscientes de los derechos que están en la Constitución o de las bondades y la necesidad de que se establezcan. Es una actitud en contra del "proceso". No promover el empoderamiento del pueblo es ir contra la "revolución".

¿Hay gobernadores o alcaldes que no hayan incurrido en esta forma de traición?
-Sí, los hay. El de Bailadores, uno en Mérida, otro en Carora, otro en un pueblo de Barinas. Pero son realmente escasos. Lo que se imaginan los que contrarían al poder popular y tienen una idea errada de lo que es la gestión pública, es que hay una torta allí para repartir y, si viene la gente, hay que repartirla entre más personas... Irene Sáez fue una precursora en el empoderamiento popular. En realidad el tremendo éxito de su gestión en Chacao se debió a que ella gobernó con la gente. El presupuesto del municipio lo decidía en asamblea popular. Si gobiernas con la gente tienes más conocimiento de detalles. Esa es una de las ventajas. Porque gobernar es planificar pero también gestionar, controlar la ejecución y después evaluar si sirve lo que se hizo.

¿Convocatoria plural?

-Pérez encabeza a un grupo de instituciones (misiones, Círculos Bolivarianos, los Comités de Tierras, Clase Media en Positivo, Comités de Salud) que motorizan a los Consejos Locales de Planificación Pública y que realizarán un evento nacional del Poder Popular Protagónico y Participativo en el Poliedro los primeros días de mayo. Asegura que no habrá discriminación política a la hora de llenar las invitaciones, pero pide a los "golpistas" que no se acerquen al coso de La Rinconada. Si el evento resulta tan bien como esperan convocarán a un asamblea general de delegados para que se constituya un Congreso Popular del Poder Participativo y Protagónico, que es el "marco ideal para el Consejo Federal de Gobierno", que hasta ahora "no ha sido una entidad de cogobierno"

¿A qué instituciones y sectores están convocando para el evento del Poliedro?
-A las misiones y a la sociedad en general, sin discriminaciones políticas. Aunque, claro, no queremos que participe gente "golpista". Queremos a gente institucionalista, que sepa que esto no tiene que ver con partidos políticos sino con crear bienestar en la población. Gente que identifica como bueno lo que hizo Irene y lo que hace Carlos Andrés Pérez (el alcalde de Bailadores)

¿No va a haber una persona en la puerta verificando si las personas firmaron para revocar al Presidente de la República a ver si les permiten el paso?
-No, nada de eso. No hay ningún tipo de discriminación, porque la democracia es un valor de sobrevivencia en esta manera de hacer las cosas. Eso enriquece las ideas, porque si viene un opositor y te dice 'aquel tipo está robando' o 'aquel otro lo está haciendo mal'. Eso es un pitazo, una fiscalización gratuita. Esa es una de las bondades de tener oposición en un gobierno y en ese evento muchas personas ejercerán su derecho a criticar.

Ese esquema de poder popular ¿Qué tipo de aplicación tendría en una ciudad caótica como Caracas?
-Lo de las implicaciones de la aplicación de la Ley de los Consejos Locales es un asunto interesante. Imagínate en una parroquia como Petare, San Agustín del Sur o Catia, que tiene como dos millones de habitantes, sólo tienen dos consejeros cada una. Entonces ¿cómo vas a hacer una asamblea de un millón o dos millones de personas? ¿A dónde las vas a meter? No son representativas. Lo que se plantea es que el gobierno popular se ejerza por asamblea de delegados, una especie de Consejo Local de Planificación Ampliado, que nazca de urbanizaciones o barrios. En el caso de Caracas sería un solo gobierno popular de toda la ciudad. Eso resolvería la representatividad y la gobernabilidad. Para que haya orden y tranquilidad tiene que haber un solo gobierno y un solo cogobierno. Los alcaldes que no estén de acuerdo con esto tendrán que irse.

¿Y qué hay del Consejo Federal del Gobierno?¿No ha atinado con su función?
-Estamos esperando que la Ley del Consejo Federal se modifique para tener en cuenta la necesidad de esta estructura de gobierno. Como está constituido hoy el Consejo Federal no es un ente de cogobierno, sino de coordinación entre algunas instancias. Un organismo de cogobierno debería incluir a las comunidades de una manera mucho más sustancial para enfrentar de forma directa los problemas del pueblo. Esta idea es novedosa pero tiene que ver con la concepción de Senado, por representación territorial. Muchos delegados locales para que el pueblo gobierne directamente. Así es que se puede transformar al Estado para que su gestión tenga verdadero impacto y las leyes se reformen según este espíritu. Por ejemplo la Ley de Participación se queda corta porque implica participación desde arriba y no desde abajo. Eso debe quedar en el pasado; la participación tiene que ir al nivel del gobierno del pueblo, que es lo que plantea la Constitución.

¿Ese es el método para que se resuelvan las irregularidades en las gobernaciones y alcaldías?
-La idea es que esta propuesta, que hoy está al margen, tenga vigencia sobre todo. Que todos los recursos, a escala local, regional y nacional, sean manejados por la propia comunidad. Para que no tenga injerencia sólo sobre la elaboración del presupuesto de inversiones, que es alrededor de 30%, sino sobre todo. Eso implica que la gente pueda supervisar el pago de salarios a los médicos, maestros, enfermeras y verificar si cumplen con su trabajo. Porque hoy nadie los controla y existe una podredumbre total. La idea es que los beneficiarios sean los que supervisen, y lo hagan de manera gratuita. Estos planteamientos implican que se llegue a un consenso de derecha e izquierda. No es una cosa comunista, es un modelo ciudadano de administración.

Entonces la descentralización no ha hecho nada por las regiones...
-No hay descentralización donde tiene que llegar. Esta es la descentralización de la descentralización. El mismo pueblo es quien tiene que gobernar, no un alcalde electo al que después nadie puede controlar y que no puede supervisar todo lo que tiene bajo su mando. En cambio la gente sí, porque tiene miles de ojos. Responde si le das poder.

¿Eso contribuiría a crear liderazgos regionales, alternativos en el chavismo?
-Sí, esto no puede depender de una sola cabeza. Imagínate si lo matan, se cae todo. Por eso lo del cogobierno debe enraizarse en la gente.

En resumidas cuentas ¿Qué se pretende con el empoderamiento popular?
-Que la gente participe, en todo el país, en esas cuatro etapas de control. Eso no le va a quitar poder al alcalde, le va a dar mucho poder en términos de efectividad de la gestión pública. Entonces lo que se busca es que la gente haga esto a escala nacional y sistemáticamente, porque Irene lo hizo instintivamente, no porque era la Ley. Hoy la Ley se lo exige a los alcaldes y gobernadores. Ahora ¿Por qué las misiones Robinson, Rivas y Barrio Adentro han sido tan exitosas? Porque la gente los ha asumido como suyos, han dispuesto de poquísimos recursos y la gente ha colaborado. Eso pasó en Chacao, y lo menciono para que todo esto no suene comunista, para que haya contraste y la gente vea que esto funcionó en el pasado y está resultando ahora.




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