LAS INVESTIGACIONES DEL 11-A

CENOVIA CASAS

Rodríguez Chacín: La extrema derecha vinculada con la banca fue el cerebro del golpe El hasta ayer ministro del Interior y de Justicia dijo que el peligro para el gobierno de Chávez continúa, porque los autores intelectuales del golpe de Estado no salieron a la luz pública el 11 de abril y siguen trabajando para llegar al poder

El golpe de Estado en Venezuela fue planificado durante varios meses por personas relacionadas con una extrema derecha fascista vinculada con la banca nacional e internacional, que siguen conspirando para llegar al poder, “por lo que el peligro sigue allí”, expresó el capitán de navío (r) Ramón Rodrigo Chacín durante la interpelación de la Comisión Especial de la Asamblea Nacional. Aunque afirmó que no había acudido a la instancia parlamentaria a hacer señalamientos, las pruebas de inteligencia que presentó ponen en evidencia múltiples acusaciones del Gobierno contra grupos de la sociedad venezolana.

“Voy a aportar evidencias basadas en información de inteligencia”, señaló al comienzo de su intervención. El ex titular del Interior y Justicia Ramón Rodríguez Chacín reveló ante los diputados de la comisión política que sabía del plan conspirativo desde marzo pasado, y que por ese motivo abrió un expediente que reposa en la Fiscalía General de la República.

Esta declaración de Rodríguez Chacín permitió a la diputada Liliana Hernández preguntar: ¿si usted lo sabía, y lo sabía el ministro José Vicente Rangel y el general en jefe Lucas Rincón, por qué no hizo algo el Gobierno? Entre otras respuestas, expresó que “respetuosos de la democracia manejaron toda esta información desde el punto de vista de la inteligencia, sin hacer razzias”.

La primera parte de la interpelación de Rodríguez Chacín se llevó a cabo en la mañana, cuando todavía era ministro del Interior y Justicia. En la tarde, a su regreso al Palacio Federal para proseguir con la audiencia parlamentaria se había convertido por obra y gracia de la autoridad presidencial en un ciudadano sin investidura oficial. Sin embargo, “su verbo revolucionario” no cambió por ello, y fue enriquecido por la presencia de Lina Ron en la Asamblea, con quien se entrevistó antes de la interpelación. El capitán de navío colocó sobre el escritorio un Cristo y una estampita religiosa, que fueron testigos de sus palabras.

En la oscuridad

El ex funcionario describió a los actores del golpe de Estado, y luego el proceso que se gestó hasta el 11 de abril. “Existe una extrema derecha fascista con vínculos en la banca nacional e internacional, personas vinculadas con el Opus Dei, que son personas que siguen conspirando; pequeños grupos de venezolanos, dueños de inmensas fortunas. Estas personas buscaron operadores políticos para penetrar en las instituciones que dieron el golpe de Estado. Estos individuos de la clase alta venezolana, y de la clase media —eso que llaman los medios la sociedad civil— se introdujeron en el estamento militar, contactaron a miembros del Frente Institucional Militar, algunos militares activos y otros retirados, y los usaron para penetrar la FAN, y buscar a los autores materiales. Hay también empresarios en este grupo de autores materiales”, subrayó. Dijo que algunos de estos últimos no salieron a la luz pública porque “se estaban guardando para luego aparecer como candidatos en las elecciones fraudulentas que iban a ser anunciadas”.

El ex ministro agregó que tiene evidencia de que partidos políticos —como Acción Democrática— con representación en la Asamblea Nacional participaron en estas reuniones conspirativas, al igual que los generales Medina Gómez y González González.

Los cursos de acción de este plan, según Rodríguez Chacín fueron:

1.- El paro cívico del 10 de diciembre.

2.- Las manifestaciones de calle del 23 de enero, 4 de febrero y 27 de febrero. 3.- La utilización de militares que llegaron a su techo dentro del servicio activo, y que tenían abiertos expedientes administrativos.

4.- La huelga general.

“Como todo esto fracasó, se montaron sobre la crisis de Pdvsa y utilizaron a unos venezolanos para sus intereses perversos y oscuros”, manifestó.

“Todo el mundo sabe quién estaba en la Quinta Esmeralda, todo el mundo sabe quién y cómo se convocó el paro cívico, todo el mundo sabe quién convocó a marchar”, agregó, para señalar a los que formaban parte de la conspiración.

El capitán Rodríguez Chacín dijo que visitó a Pedro Carmona Estanga en su casa para instarlo a deponer “su actitud conspirativa”, en vista de las evidencias existentes.

Masacre y guerra civil

Cuando Rodríguez Chacín puso sobre la mesa los escenarios que fueron manejados, dejó todavía como pendiente el magnicidio, el cual, al igual que el golpe militar, conduciría, según afirmó, a una guerra civil. “Países económicamente poderosos con inteligencia internacional han alertado sobre la existencia de cinco candidatos que serán ejecutados, entre otros mi persona”, afirmó en dos oportunidades.

Para el ex ministro, la masacre del 11 de abril se produjo porque la oposición buscaba un muerto. “Un oficial golpista así lo declaró en una reunión de un Rotary Club en el interior del país. Tengo testigos”, precisó.

Los cabecillas del golpe, señaló, utilizaron estrategias psicológicas y engañaron a la gente en Chuao. “Daban dolor esas familias venezolanas que con fervor estaban yendo a una matanza. Hay operadores especializados en guerra psicológica, entre los golpistas, apoyados por los medios de comunicación”.

En este segmento de su intervención presentó dos videos. En el primero aparecieron funcionarios de la Policía Metropolitana armados con subametralladoras y fusiles de asalto.

“Tengo un croquis —agregó— en el que se demuestran los tres ejes de ataque, que arroja luz sobre quién mató a quién. La mayoría de los muertos están en la avenida Baralt, asesinados por fusiles de asalto y subametralladoras”.

Conminado por el diputado Carlos Tablante a determinar si acusaba a la Policía Metropolitana, respondió “que el responsable de la seguridad ciudadana y del orden público en Caracas es el alcalde mayor, Alfredo Peña”.

Al ser instado por el diputado Juan José Caldera a dar los nombres de los que dispararon en el puente Llaguno, y a decir cuántos presos hay por ello, Rodríguez Chacín respondió que esta lista la tiene la Fiscalía y que no podía precisar el número de detenidos.

Al referirse a las pruebas de que la conspiración ya estaba en marcha el 11 de abril, mostró un segundo video en el que los sindicalistas Carlos Ortega, Alfredo Ramos y Froilán Barrios invitaban a la multitud en Chuao a marchar a Miraflores. “Estas personas fueron pasto de guerra, condicionados por meses, semanas de guerra psicológica”. Posteriormente, se valió de un tercer video —una entrevista de José Domingo Blanco a Patricia Poleo— en el que la directora de El Nuevo País revela información de reuniones en la casa de Isaac Pérez Recao, en las que participó Carlos Ortega.

Rodríguez Chacín reiteró lo que fue una constante durante los tres meses que ejerció como titular del Interior y Justicia: los círculos bolivarianos no están armados y no hay evidencias de lo contrario. En cambio, acotó: “Sí hay numerosísimas pruebas de que los grupos fascistas están armados, y con armas de alta tecnología”.

Caballos de Troya

El ex ministro del Interior y Justicia Ramón Rodríguez Chacín reconoció que hubo fallas en los cuerpos de inteligencia, que permitieron que se ejecutara el golpe de Estado el 11 de abril. “Los organismos de inteligencia estaban tan penetrados que incluso había golpistas dentro de ellos”, indicó.

Por ello, para el capitán de navío retirado no resulta extraño que en los informes no pudieran descubrir quiénes estaban involucrados.

Sobre la Disip, dijo que había evidencias de militares activos conspirando con funcionarios que el día del golpe de Estado tomaron su sede e hicieron preso al director general, Carlos Aguilera.

“Días antes del 11 de abril, me reuní con un grupo de altos mandos militares, para analizar la posibilidad de un golpe y las eventuales medidas que debíamos tomar”, explicó.

La sorpresa para Rodríguez Chacín fue ver en televisión a los mismos militares con los que se había reunido previamente, anunciando su rechazo al presidente Chávez. “Es difícil manejar inteligencia de Estado en estas condiciones. En el seno de muchos organismos había caballos de Troya”, afirmó.

Rodríguez Chacín explicó que los cuerpos de inteligencia no penetrados hicieron una proyección de lo que podía suceder. En este sentido, destacó que debían esperar para poder actuar apegados a la legalidad, porque la Fiscalía tenía abierto un expediente sobre la conspiración.

En cuanto a la actuación de los cuerpos de seguridad, afirmó que unos funcionarios de la Policía Metropolitana le habían confiado que podían haber parado en la avenida Bolívar la marcha de la oposición que se dirigía a Miraflores, pero “la orden fue que los guiaran hasta el palacio, con la ballena y el rinoceronte”.

Afirmó igualmente que el alcalde mayor, Alfredo Peña, “tiene mucho que explicar, porque él es responsable de la seguridad de Caracas”. Lamentablemente, las policías municipales quieren ser usadas por alcaldes y gobernadores con fines políticos. Ellos quieren tener un ejército”. Roselena Ramírez Prado