Parte del Seminario: Democracia, Estado y Ciudadanía
Organizado por Sinergia, Goethe Institut Inter nationes y Asociación Cultural Humboldt - Caracas mayo 2003

Hablar de sociedad civil no solamente remite a un problema conceptual sino a lo que significa entre nosotros. La exclusión que el país está viviendo, refleja una gran realidad, pero muchas veces la utilizamos a destiempo, con el peligro de no ver lo que Venezuela alcanzó durante su historia. Venezuela vivió en el siglo pasado uno de los mayores procesos de inclusión que han tenido los países latinoamericanos, contrario a lo que mucha gente piensa. Durante setenta años tuvimos un importante crecimiento económico, social y humano, tomando en cuenta que éramos un país extremadamente pobre. Este proceso dio tan extraordinarios resultados que jamás hubieran podido imaginarse. En el año 1937 teníamos 3 millones y medio de habitantes, hoy somos 24 millones, y no por la inmigración sino por las mejores condiciones de salud y de esperanza de vida, la cual pasó de 37 años a 71 años.

Fue éste un proceso tan intenso, que algunas veces hemos dicho que Venezuela vivió una especie de "mudanza", gracias al petróleo, que nos llevó a un alto nivel de infraestructura física y social. Pero a la vez, hemos sido una sociedad con una enorme incapacidad para manejar estos cambios. El problema no es la falta de hospitales, sino que éstos funcionen; no es la falta de escuelas o universidades sino que produzcan educación; no es la falta de jueces, sino que haya sentencias. En otras palabras, existe un dislocamiento entre lo que hemos logrado y nuestra capacidad de desempeño. A partir de los años 80 en adelante, hubo una ruptura de la cual nos dimos cuenta muy tarde, de tal manera que ahora nos encontramos en un proceso de exclusión, en el sentido de una pobreza creciente a todo nivel, violencia, desempleo, etc.

Tengo la profunda convicción, de que hoy en día estamos en presencia de capacidades para llevar a cabo un nuevo proceso. Es cierto que nos topamos con un planteamiento que quiere regresar a un pasado muy remoto, pero también reconozco que esta situación nos ha llevado a un nuevo redescubrimiento de nuestras propias capacidades; y es en este contexto donde yo ubico a la sociedad civil.

La sociedad civil en Venezuela significa la conciencia de que todos tenemos una parte de corresponsabilidad, y que no debemos esperar al Estado para solucionar nuestros problemas. Se trata de una nueva mentalidad que está naciendo velozmente, y que en los últimos años se ha reforzado. Esta nos hace ver con mayor claridad que la construcción de un país no se debe a un buen presidente, a un buen gobierno o a un buen ministro, sino que cada uno desde su ángulo y con sana autonomía, puede buscar sus propios intereses dentro del interés común, aportando así a la construcción del país. Es en ente contexto, donde debemos ubicar el sentido de la sociedad civil, no es por lo tanto en la cantidad de grupos o de membresías, sino en un nuevo sentimiento que se expresa en nuevas referencias, ajenas a los partidos, a los gremios, a los sindicatos, los cuales eran un todo junto al Estado. Esta nueva mentalidad e identidad de las personas en su responsabilidad colectiva con la sociedad, es la expresión de la sociedad civil que Venezuela esta viviendo.

Al igual que el fenómeno de la informalidad en la economía, existen altos porcentajes de sociedad civil informal. No nos sirven los criterios europeos o estadounidenses donde a través de una larga historia se crearon estructuras organizacionales al servicio de la población y donde igualmente nació una gran variedad de otras iniciativas, una vez atendidas las necesidades básicas. Nacimos en otro contexto. En ocasión del desastre ocurrido en el Estado Vargas, SINERGIA contabilizó el número de grupos que participaron en aportar soluciones, y en aquel momento, teníamos 30 tipos de grupos diferentes y alrededor de 330 grupos participando. Es decir, frente a una realidad concreta, la sociedad civil informal se organizó y actuó de manera maravillosa durante los primero quince días, incluso antes que el gobierno mediante la acción del Ejército. Es posible que la mayoría de los grupos políticos nacidos en la problemática política actual, desaparezcan, pero estoy convencido de que nacerán continuamente nuevos focos de atención alrededor de los cuales, grupos, personas e instancias se organizarán. Creo que estamos en plena mudanza, pasando de una situación de dependencia a otra de autonomía, de una sociedad estatal a una sociedad convivencial, y es allí donde está el principal rol de la sociedad civil.




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